Sexto Grado, Segunda Orden "Adepto Mayor":
"Curación Rosacruz a distancia para todo el Planeta"
Esta práctica podrá realizarse a cualquier hora del día o de la noche, sin necesidad de que los Fratres y sorores se encuentren sincronizados ni con la hora sideral ni con la planetaria.
Cuando se entra en el Plano dimensional de la Rosacruz, el Tiempo es irrelevante, dado que se trata de un Plano fuera del Espacio-Tiempo y que conecta con Shambala en la Esfera Reflectora. Shambala se encuentra físicamente, justo en el centro de nuestra Galàxiá y posee comunicación directa con el Pleroma, de donde procede el Poder de Curación. Sería importante que el Ejercicio lo grabéis mediante voz, con alguna música suave de fondo, haciéndolo con una cadencia de tiempo lenta para que os permita seguir las instrucciones.
No es necesario que encendàis velas o prendáis incienso; pero hacedlo si esa es vuestra costumbre y así os sentís mejor
Relajación:
Sentados en un asiento y donde podamos mantener la espalda recta, en un ángulo cómodo de 90 Grados. Usaremos una respiración neutra con un ritmo armonioso cerrando levemente nuestros párpados sin apretarlos. Mantenemos las piernas y los pies separados unos cuatro dedos sin que se toquen las rodillas. Las manos, cuando recibáis la energía las pondréis abiertas hacia arriba cuando recibàis la energía y cuando la estéis entregando al Egrégor Rosacruz, ponedlas boca abajo.
Iniciamos con las palmas boca abajo, mientras realizamos la relajación de nuestro cuerpo.
Comenzamos: relajándonos, llevamos nuestra mente a cada uno de los dedos de ambos pies hasta que dejemos de sentirlos; a continuación subimos lentamente por el empeine y nos paramos en los talones y tobillos hasta que dejemos de sentirlos...
A continuación llevamos nuestra mente, lentamente, desde los tobillos a las pantorrillas y nos centramos en dicha zona hasta que no sintamos la menor tensión
Subimos hasta las rodillas y actuamos del mismo modo. Sentimos una relajación extrema...
Centramos nuestra relajación en las piernas, muslos y glúteos hasta que dejemos de sentir cualquier tipo de tensión en nuestras extremidades inferiores. Continuamos, lentamente, por las caderas y subimos hasta nuestras lumbares y abdominales. En este lugar nos centraremos con algo de mayor profundidad, relajando los órganos internos, intestinos, hígado, riñones...
Continuamos, centrando nuestra mente en el duodeno, páncreas y estómago. Sentiremos la fuerza de relajación hasta que el estómago se calme. Subimos, lentamente hasta el plexo solar, los pectorsles, los músculos oblícuos y nuestra espalda y sentimos como se pierde cualquier tensión muscular…
Ahora nos centraremos en los pectorales superiores los hombros y las clavículas. Mientras mantenemos la relajación en todo nuestro tórax y extremidades inferiores, nos centramos en los dedos de la mano hasta dejar de notarlos, subimos, lentamente por las muñecas, antebrazo y brazos hasta centrarnos con mucha calma en el cuello, hasta que dejemos de sentir cualquier tipo de tensión en las articulaciones y en los músculos vertebrales…
Llegados aquí, nos centramos en la base de la cabeza y relajamos nuestra mandíbula y músculos de la cara, nariz, orejas, párpados y frente… A partir de ahora comenzaremos a sentir una profunda relajación en nuestro cráneo hasta sentir que toda nuestra mente está centrada en la coronilla. Ahí nos paramos un instante… En ese estado, visualizamos un rayo de luz blanca que se eleva por encima de nuestra cabeza, atraviesa el techo de nuestra casa y traspasa la atmósfera de la tierra con una velocidad extrema hasta conectar con el centro de nuestra Galáxia. De su centro, donde está situada Shambala, surge un torbellino de Luz dorada que gira en el sentido de las agujas del reloj. Ese veloz torbellino de luz dorada, girando, se traslada siguiendo la guía de luz blanca hasta llegar a nuestra cabeza…
En ese instante colocamos nuestras manos boca arriba y empezamos a absorber toda esa energía curativa procedente del Pleroma. Esa Luz Dorada nos envuelve como un manto hasta cubrirnos todo el cuerpo, incluso por debajos de lo
s pies…
A continuación, visualizamos ante nosotros una Rosacruz, la que mejor se adapte a nuestro gusto. Cuando haya tomado forma, colocamos nuestras manos boca abajo mientras que, de forma sincronizada e instantànea, sentimos como de nuestra frente surge un rayo multicolor que contiene todos los colores del arco iris y fluye como una centella, incontenible, hacia el centro de nuestra Rosacruz visualizada y mantenemos dicha transmisión de energía, durante el mayor tiempo posible. Durante el proceso, no sentimos pesar ni tensión alguna sino una paz y felicidad sobrecogedoras…
Sentimos como la Energía procedente de Shambala nos reconforta mientras se extiende por todo nuestro interior y fluye sin cesar hacia el Egrégor Rosacruz. Cuando sintamos que debemos de acabar con el proceso, deberemos de asentir, interiormente, con un así sea o un hecho està.
El flujo de luz de nuestra mente cesará y nuestro manto de luz dorada se irá retirando, dejando a su paso nuestro cuerpo aural de un color rosa saludable. El torbellino de repliega a través del rayo de luz blanca, que emitimos, hasta su origen sideral, regresando hasta nosotros en sentido inverso en que lo emitimos…
Poco a poco iremos tomando consciencia, suavemente y despacio, de todas las funciones de nuestro Cuerpo, desde las puntas de los dedos de nuestros pies y manos hasta el resto de nuestro cuerpo, sientiéndonos en un estado de Paz Profunda.
Los Médicos Rosacruces y sus auxiliares invisibles usarán dicha fuerza curativa para sanar tanto a la Humanidad como al resto del Planeta.
Paz Profunda
Aralba Pensator Minister, Frater R+C