sábado, 1 de abril de 2017

Apología de la La Cultura Física (Culturismo)


La Cultura Física, el Culturismo, desde sus orígenes fue considerada como algo elitista y propio del fascismo; pero nada más lejos, al menos según el concepto bajo el cual apareció el Culturismo.

Mucho de lo que hay hoy en día poco o nada tiene que ver con aquello y desde luego somos muchos los que ni podemos estar de acuerdo ni compartiremos los actuales conceptos.

La musculación, crear músculo, por la musculación es solo eso, musculación. El ir al gimnasio para fortalecer los músculos es un medio nunca un fin en sí mismo como estamos viendo de continuo, con el único afán de fortalecer un nuevo consumismo basado en la apariencia física.

El Culturismo aboga por un cuerpo sano y proporcionado constituido de músculos definidos y tonificados; pero nunca súper desarrollados, del mismo modo que aboga por cuerpos con un porcentaje de grasa normal; dado que un exceso supone poner en peligro la salud y la vida.

En este Mundo existen algunas cosas indecentes y entre ellas no se me ocurre introducir las tendencias sexuales.

1.- Es indecente amasar dinero y no darle una circulación

2.- Es indecente hacer alarde de la riqueza

3.- Es indecente el Juego que hace a unos pocos ricos respecto a la mayoría 

4.- Es indecente comer más de lo necesario para estar fuertes y sanos

5.- Es de estúpidos e indolentes no hacer lo posible por cuidar el cuerpo y mantenerlo limpio y sano

6.- Es de ignorantes y avariciosos el ingerir un exceso de alimentos y suplementos con el fin de crecer más allá de lo que requiere nuestro estar bien y supervivencia

En el Mundo hay lugares donde la pobreza está instaurada de forma casi normal. La pobreza lleva consigo el hambre y por lo tanto la desnutrición.

Todo ser humano con un poco de cabeza debería darse cuenta que la riqueza es ilusoria y efímera. Nadie se va a llevar nada físico de aquí, ni dinero, ni bienes ni carne, sea grasa o magra.

Según el Culturismo de toda la vida, la Cultura Física de los comienzos, todo el mundo debería fortalecerse hasta el límite que permita su biotipo (ectomorfo, mesomorfo, endomorfo) y no pretender romper las barreras e ir mucho más allá, como sucede hoy en día.

Intentar romper la barrera supone perjudicar al organismo y reducir el tiempo de vida, así como perjudicar la salud del cuerpo. Todo exceso, sea éste de grasa o de carne magra, músculo, no es beneficioso y eso no quiere decir que cada ser humano no tenga que hacer lo posible por estar lo más fuerte posible.

Tener una musculatura definida y tonificada significa una mejor circulación de la sangre por todo el organismo y por lo tanto una mayor dificultad de caer enfermo, pues el ejército de las defensas puede llegar, con prontitud, allá donde pudiera estar produciéndose un ataque o invasión interna o externa.

El problema es cuando la competencia no es contra nosotros mismos; es decir llegar al límite de nuestras posibilidades y ser conscientes de cuáles son los límites que, con inteligencia, no se deben de traspasar; el problema es cuando intentamos parecernos a otros y que esos otros poseen una constitución corporal muy diferente a la nuestra o han traspasado los límites de lo razonable y que, consecuentemente, les traerá problemas orgánicos irreversibles y que les acortará, de forma inevitable, la vida.

Espero poder hacerme entender. No es indecente que estés gordo, obeso o súper musculado, siempre y cuando tu situación sea debida a la ignorancia; porque si conoces las consecuencias de tu comportamiento para llegar hasta donde llegaste y persistes en el error; entonces sí podríamos hablar de indecencia.

Lo inteligente es comer lo suficiente para conseguir nuestro objetivo, estar fuerte y sanos, tonificar nuestra musculatura, de forma integral e inteligente, y que nuestra circulación sanguínea y el resto de nuestros órganos internos funcionen con normalidad; es decir, que podamos sentirnos a gusto con nosotros mismos y que los demás puedan vernos como gente sana y apetecible a todos los niveles.

Si nuestro trabajo o deporte requiere de nosotros ciertas aptitudes, procuraremos ejercitarnos, en el gimnasio o donde fuere, para conseguirlas y poder cumplir con los retos y objetivos que nos propongan; pero todo lo que sea ir más allá, no por parecernos a una estatua de Miguel Ángel, sino a un personaje de comic completamente ficticio no solo es indecente e inmoral sino estúpido y de falta de inteligencia.

Los gimnasios, la alimentación y la suplementación no deberían tomarse como una factoría de hacer masa magra, como si de una granja se tratase para cumplir con un enfermizo narcisismo que nos llevará, de forma ineludible, a una pronta muerte tras una vida con una calidad deficitaria. 

El construir cada vez mayor masa muscular no debería jamás ser un fin en sí mismo; sino solo en caso de verdadera necesidad, un medio. De lo contrario, estaríamos actuando de forma indecente cuando muchos millones no tienen nada para llevarse a la boca, tan indecente como hacer alarde de lujo y riqueza cuando la gente, en el Planeta, se muere por falta de medicamentos.

La masa muscular excesiva, el volumen, no significa siempre una mayor fortaleza, sino tan solo una cierta fisonomía externa, un escaparate ante nuestro espejo y ante los demás. Un gimnasta requerirá una determinada musculatura y un atleta o nadador otras muy distintas porque la necesidad hace el órgano, la necesidad hace la musculatura.

No tiene ningún sentido que desarrollemos unas facultades físicas que nunca vayamos a utilizar porque la naturaleza es sabia y todo aquello que no es necesario, en este Mundo, es sobrante y como tal perjudicial.

Es por ello que la Cultura Física no trata de construir masa muscular por el hecho de construir masa muscular, a modo del escultor que esculpiera la figura de un atleta en barro o escayola. 

La Cultura Física, desde sus orígenes, ha tratado de mejorar a la Especie Humana; pero no tratando de convertir a sus especímenes en monstruosidades musculosas sino en esculpir cuerpos sanos y hermosos que puedan ser sustentados por la percha de sus esqueletos y que sirvan para acometer algún fin predeterminado.

Cada ser humano es diferente y cada cuerpo es diferente. Hay errores en nuestra conducta que debemos solventar y reconducir para que podamos vivir con salud y que las futuras generaciones puedan nacer sanas y que sus cuerpos puedan vivir en consonancia con una mente sana e inteligente.

De eso trata el verdadero y auténtico Culturismo y ese es el verdadero reto de la Cultura Física.

Dicho todo lo anterior, cada cual es libre de hacer con su vida lo que desee, construirla o destruirla, fortalecerla o deformarla, enriquecerla o empobrecerla. 

Ahora tú decides que hacer con ella, tú no eres un vigoréxico estúpido que está arruinando su vida. Eres un ignorante arrogante que debes aprender y tener la humildad suficiente como para reconducir tu vida por la Vía del verdadero Culturismo sin calificativos ni apellidos; ni Físico Constructivismo, ni Natural, “CULTURISMO” a secas y con mayúsculas, porque esa fue la palabra con la que, sus creadores, bautizaron a una disciplina de vida que algunos, por complejo de inferioridad respecto a sus semejantes, han desvirtuado y mancillado intentando transformar sus cuerpos debiluchos en monstruosas deformidades. 

Aralba