lunes, 11 de abril de 2016

Una aproximación a la Historia del Culturismo II


El Mundo Antiguo

El culto a la Guerra: Fuerza/Inteligencia

Gilgamesh
Hasta hace pocas décadas, la frontera entre la prehistoria y la historia estaba definida por la incapacidad de interpretar los antiguos jeroglíficos. En cuanto fuimos capaces de interpretar la escritura cuneiforme de la antigua Sumeria, se pudo trasladar la valla de la Historia entre los 6.700 a.c. con la cultura neolítica de Jarmo y el 2.350 a.c., con la usurpasión del Reino Sumerio por parte del acadio Sargón. La Historia comienza con la escritura, y las tabillas sumerias de arcilla es lo más antiguo que, al presente y como referencia, poseen los historiadores.

Seríamos ilusos si pretendiéramos que en aquella lejana época hubiese consciencia de una cosa denominada historia y es por ello que la mayor parte de la escritura que nos ha llegado podemos considerarlo como algún tipo de historia exagerada o condimentada con fantasías y que con el tiempo pasaron a denominarse como mitos y leyendas. Es como si, de algún modo, nuestros ancestros no tuviesen muy claro la diferencia entre Historia y Novela.

Luchadores griegos
Aquellas cosas que les sucedían, en el mundo de lo real, estaba relacionado de un modo u otro con la influencia de las divinidades que controlaban las fuerzas de la naturaleza y ¿por qué no?, la del propio Ser Humano. Las hazañas de los antepasados, que se transmitían mediante signos escritos, quedaron reflejadas como algo digno de las divinidades o como poco de héroes humanos que habían sido engendrados por algún Ser Superior, Dios.

Gilgamesh en Sumeria, Arjuna discípulo de Krsna en la India, Sansón en los antiguos escritos bíblicos, los divinos faraones de Egipto o Herakles en la Grecia clásica y su homónimo Hércules en Roma y toda una retahíla de Héroes, primos entre sí por vía divina, plagan toda la literatura de la mitología humana, tanto de las civilizaciones nórdicas como indoeuropeas.

Sansón
Todos estos semidioses ancestrales, de mortalidad humana, poseían dos características inconfundibles: Su inteligencia fuera de lo común y una fuerza sobre humana que les permitía salir airosos de las más extraordinarias aventuras.

Queremos hacer constar que todas esas exageradas historias con mucha probabilidad no fuesen otra cosa que la herencia de una tradición oral que con el paso del tiempo, al ser transcritas en signos legibles, se fue transformando hasta convertirse en extraordinarias leyendas muy alejadas de las posibilidades reales de la capacidad física humana, que no de su inteligencia e imaginación.

Encendido de la antorcha olímpica
Será en la antigua Grecia, cuna de la civilización europea, donde tomará plena constancia el culto a la fuerza del ser humano. Con el nacimiento, en la Edad Oscura (1.200 a.c. - Siglo VIII a.c.), de las polis o primeras ciudades estado, también lo hicieron las primeras universidades o gimnasios, donde se ejercitaban de forma armoniosa tanto la mente como el cuerpo de los ciudadanos y ciudadanas griegas. 

Aunque sea difícil de comprender y en realidad no sepamos el por qué último de tal actitud, lo cierto es, que las actividades de los gimnasios en la Grecia clásica se realizaban en plena desnudez.

Tenemos constancia del armonioso ejercitamiento muscular, de los griegos, gracias a las imágenes de sus vasijas y de las estatuas que han llegado hasta nuestros días; pero además por la ingente cantidad de literatura y mitología, incluida la homérica, donde se reflejaban las heroicidades y aventuras de los fundadores de nuestra actual Civilización.

Hércules
La protección de los gimnasios estaba conferida al Héroe Teseo. Las leyes escritas sobre ese tema fueron de  Solón, donde se limitaba y regulaba en tiempo de Clistenses (400 a. c y 500 a. c)

El gimnasio (Gymnos, lugar de desnudez), además de escuela de filosofía, también era utilizado como baño comunal, entre otras actividades.

El primer gimnasio se ubicó en Pompeya, el cual era una institución dedicada a la instrucción física y espiritual. También funcionaba como instalación de entrenamiento para competidores en juegos públicos además de para socializar. 

Los gimnasios eran instituciones públicas para jóvenes y adultos, hombres y mujeres,  donde se impartían entrenamientos de carreras, lanzamiento de disco, salto de longitud, lucha, Pugilato. Todo ello, ha llegado hasta nuestros días como los famosos Juegos Olímpicos que se iniciaran tiempo atrás, por el 776 a.c.

Leónidas I y sus 300 espartanos
Otro hecho, bien conocido y no por ello bien entendido, es que los poderosos y valerosos guerreros espartanos entraran en combate, en completa desnudez, tan solo ataviados por una simple capa y armados de un escudo y una corta espada. 

Según el Padre de la Historia, Herodoto, conocido es el hecho de la derrota espartana, al mando del Rey Leónidas I, en la batalla de las Termópilas, 480 a.c., ante las poderosas fuerzas del Imperio Persa de Jerjes I; pero en una lucha desigual y donde unos desnudos trescientos espartanos hicieron frente y dado muerte a miles de preparados y avituallados guerreros persas equipados con armamento pesado, llevado por elefantes. La batalla duró tres días y en ella murieron los trescientos guerreros espartanos que allí se enfrentaron, junto a su Rey; pero fue el inicio del declive y posterior derrota del imperio Persa.

¿Por qué entraban en combate desnudos?

Iban desnudos como muestra de valor y de no tener miedo a la muerte. Iban desnudos para provocar el pánico entre sus enemigos, dada su hipertrofia muscular y su fuerza asociada. Una musculatura desarrollada en los gimnasios desde la más temprana edad y una disciplina militar y guerrera que era más que reconocida en todo el mundo antiguo.

Una musculatura ante la cual, los fornidos guerreros persas quedaban anonadados e impotentes sin saber cómo responder ante aquellas montañas de fuerza muscular humana que se les venía encima sin amilanarse ante su superioridad militar y numérica.

Representación entreno de Milón de Crotona
Los griegos eran conocedores de que la hipertrofia muscular y el aumento de fuerza solo era posible cargando, cada vez y de forma progresiva, con pesos más grandes y de ello dan fe algunas imágenes de las vasijas que debían formar parte del utillaje de los gimnasios.

Es conocida la leyenda de Milón de Crotona (Siglo VI a.c.), quien es considerado el padre de la resistencia progresiva. Milón, casado con la filósofa Mia, hija de Sócrates y Téano, se hizo popular por transportar cada día un ternero en sus hombros hasta que el animal tuvo cuatro años de edad, por lo cual, su fuerza y tamaño muscular había ido aumentando con el paso del tiempo. Por último, tras dar ciento veinte pasos, con el buey a cuestas, dio muerte al animal. 


"Como testimonio de su gran fuerza muscular, también se cita el caso de que asistiendo a una lección de Pitágoras, con varios discípulos, el techo se vino abajo y Milón lo sostuvo hasta que todos salieron del recinto"

"Se cuenta que un día paseando por un bosque, encontró un árbol rajado por los leñadores que habían puesto una cuña en una hendidura. Queriendo partir el árbol con las manos, quitó la cuña, pero entonces las dos partes del tronco se unieron dejándole atrapada la mano y así fue devorado por los lobos"

Aralba

Próxima entrega: El Renacimiento