lunes, 4 de diciembre de 2017

Hacia una Filosofía del Culturismo, o ¿cómo recuperar su esencia original?

Aquí no vamos a hablar del sionista "hiper comercial" body building, de origen norteamericano, sino del verdadero Culturismo que nació en Europa. 

Una disciplina o forma de vida que aunaba los beneficios corporales de un ejercicio científico a los espirituales, propios, de las personas instruidas.

En Oriente, toda disciplina deportiva, generalmente arte marcial, lleva implícita su propia filosofía derivada del Budismo, llámese taoísmo o sintoísmo. 

Del mismo modo, en Occidente, toda disciplina conlleva su filosofía de trabajo, superación personal y mejora de la condición humana; todo ello, procedente de un punto de vista heredado del pensamiento helenístico.

Eso es así, otra cosa es que, con el transcurrir del tiempo, esa filosofía implícita en la Cultura Física no solo se ha obviado sino además despreciado; pero eso no sucede solo con nuestras naturales disciplinas deportivas sino también con las que nos han sido exportadas de Oriente. Es como si hubiésemos cortado por la mitad las disciplinas deportivas despojándolas de su verdadera esencia filosófica.

En lo que hoy se entiende, de forma errónea, como Culturismo encontramos personas extraordinariamente individualistas, narcisistas, egoístas y con nula empatía hacia sus semejantes, además de sentir poco amor por su salud corporal. Esas personas, por mucho que se publiciten como culturistas no lo son.

El verdadero culturista se considera como un ladrillo más, un simple instrumento de la Humanidad y cuyo ejemplo debiera repercutir sobre las personas que lo rodean. Vimos que un Culturista, además de un verdadero deportista que compite contra sus deficiencias corporales, además es un gentleman, un dandi; es decir, un verdadero Caballero o Señora en toda regla, según el concepto lleva consigo desde la antigüedad y ¿qué es un Caballero o una verdadera Señora?

Un Caballero o una Dama son personas vigorosas y vitales, siempre dispuestas a obsequiar con una sonrisa a quienes les rodean; pero no solo eso, sino que, además, pueden mantener una conversación inteligente y razonada sobre casi cualquier Tema.

Un verdadero Culturista no queda impasible ante las deficiencias, desgracias y errores de sus hermanos y hermanas humanas. Con la debida cortesía y educación, muy a pesar de ello, no deja de ser políticamente incorrecto a la hora de indicarnos que estamos mal, que hacemos las cosas mal y darnos los consejos adecuados para que podamos corregirnos.

No estamos hablando de juzgar a las personas, solo podemos juzgarnos a nosotros mismos, sino de decir la verdad sin ambigüedades. Flaco favor realizamos a otros si ayudamos a ocultarles sus carencias y errores.

No es cuestión de ser un mal educado y llamar a nuestros semejantes, guarros, gordos o enquencles, sino de hacerles ver que su apariencia muestra su insalubridad y por lo tanto, también, su malestar tanto físico como psíquico. La gordura extrema, la suciedad o la flaqueza extrema no son naturales de una condición saludable Humana, ni de cualquier animal salvaje y que, bajo dicha condición, sería fácil presa de los depredadores.

Ya, ya sé que no vivimos en condiciones salvajes para bien nuestro; pero tanto, nuestra condición física como de alerta psíquica debería de ser similar a aquella con el fin de hacer frente, no solo a nuestra vida cotidiana sino también a aquellas circunstancias extraordinarias que pudieran surgirnos al paso.

El levantamiento de pesas solo es una pequeña aunque importante faceta del Culturismo. Un culturista debe saber defenderse a sí mismo y a aquellos que se encuentren bajo su responsabilidad, todo ello, sin resultar de naturaleza agresiva o con un exceso de testosterona.

Para un verdadero Culturista, la violencia no es una opción válida; pero llegado el caso, no debe dejarse llevar por la visceralidad y sopesar sus posibilidades de vencer en una hipotética contienda.

Ante una confrontación, el culturista intentará zanjarla mediante el diálogo razonado, dejándose llevar por el sentido común. Si eso no basta quizá, mostrar sin ánimo de amenaza sus brazos o torso, pueda servir para que el hipotético oponente desista de su agresión.

Debemos recordar que el Culturismo, en sí, no es un Arte Marcial; pero un Culturista es aceptable que pueda estar instruido en determinadas artes marciales de carácter defensivo. De hecho no es otra cosa que una faceta más en la que los antiguos griegos se formaban en sus escuelas o gimnasios.

La lucha libre olímpica, el pugilato y el pancracio eran las artes marciales del mundo heleno. Muchas de las normas de aquellas artes se han perdido para siempre; pero se conoce, por referencias de la época, que el pancracio era muy similar al Ju Jitsu japonés o a lo que, en la actualidad, se conoce como artes marciales mixtas o MMA, (la verdadera Lucha Libre Profesional).

Ello no quiere decir que el Culturismo deba resucitar aquellas antiguas artes; entre otras cosas porque con otro nombre y, en diferentes lugares del mundo, siguen vigentes. Se habla mucho de las artes marciales orientales como el kárate, el Judo, Aikido o el Taekwondo; pero aunque su inspiración u origen son tan antiguos y milenarios como el Kung Fu, lo cierto es que son relativamente recientes, no anteriores a la primera guerra mundial y consecuencia de la occidentalización de sus países originarios.

El hecho clave es que el Judo, originario del antiguo Ju Jitsu japonés se creó para ser convertido en un deporte de competición. De hecho, tanto el Judo como el Taekwondo Coreano terminaron convirtiéndose en juegos olímpicos.

Expuesto todo lo anterior cabe decir que las artes marciales, para el Culturismo, no dejan de ser otra cosa que disciplinas conducentes al desarrollo integral del Ser Humano "el fin último del Culturismo", siendo el tema defensivo de dichas disciplinas un hecho meramente anecdótico y que el culturista debe, por todos los medios evitar, dado que la violencia genera violencia y una pelea puede saberse como comienza; pero nunca como acaba. Por otro lado, cualquier acto de violencia conlleva consecuencias imprevisibles como la venganza de otros y que no se pueden controlar.

Dicho lo cual, poco puede hacerse en contra de las armas de fuego que utilizan los delincuentes y lo que hace inútiles, como arma defensiva, a las artes marciales; por lo tanto ellas deben ser practicadas bajo la filosofía en que fueron inspiradas y que, de forma integral, fue asumida por los creadores del Culturismo europeo.

El Culturismo no posee una especie de decálogo de normas filosóficas estrictas y que lo habrían convertido en una suerte de religión de Culto al Cuerpo. El Culturismo posee una tolerancia muy elevada respecto a las disciplinas físicas o mentales practicadas; pero a título personal me decantaría por las menos lesivas o peligrosas para sus practicantes.

Tanto el Judo como la Lucha Grecorromana, el Aikido o el Taichí, nos parecen un complemento ideal para todo Culturista que se entrene con libros y pesas.

Sea como fuere, la filosofía del Culturismo es algo muy básica y razonable que podría explicarse con muy pocas palabras: Respecto a uno mismo, mantener una buena salud tanto física como psíquica para sostener, durante el mayor tiempo, la mejor calidad de vida posible y respecto a los demás, haz lo que tú quisieras que te hicieran y no hagas a los demás aquello que a ti no te gustaría que te hicieran.

No hablamos de Amor, Caridad u otros conceptos de moralidad religiosa, sino de simple sentido común humanista.

Porque la Filosofía tiene que ver con nuestro intelecto, es por lo que hay que mantenerlo en forma. Un intelecto enfermo provoca un desequilibrio que se transmite a nuestra actividad física que degenerando, por ello, realimenta en lo mental una continua degradación.

Ment sana in Córpore sano


Antonio Ruiz Alba (Entrenador Personal)


domingo, 26 de noviembre de 2017

Tratado de Culturismo


Introducción


Hacia un Tratado del Culturismo... 


La Palabra Culturismo procede del francés y está compuesta de un sustantivo: Cultura, y un sufijo: Ismo que significa Doctrina o Disciplina.

Según su origen, como se puede desprender de la etimología, el Culturismo original poca cosa tiene que ver con el actual Body Building "Construyendo el Cuerpo" que propugna tanto la IFBB "Federación Internacional de Body Building" como otras instituciones minoritarias que se centran, en exclusiva, en el Físico Culturismo o Cultura Física, excluyendo de forma intencionada la parte de Cultura que corresponde a la mente; es decir, tanto el desarrollo emocional como intelectual.

El Culturismo, tal y como se pensó en origen, no era otra cosa que una novedosa forma de vida inspirada en el renacimiento de Leonardo y Miguel Ángel y, sobre todo, en la Grecia clásica de Aristóteles y Platón, donde en las escuelas o gimnasios, se desarrollaba tanto la filosofía como los cuerpos atléticos.

Se trataba de crear un modo de vida integral donde tanto mente como cuerpo progresaran de un modo equilibrado y paritario "Ment Sana in Córpore Sano" Donde la razón dirigiese tanto la construcción del intelecto como de su envoltura, el Cuerpo.

Un Culturista de principios del siglo XX no era otra cosa que un instruido "Gentleman" un Caballero en toda regla que, además de su erudición intelectual, practicaba el altruismo entre los más necesitados sin abandonar las naturales prácticas deportivas y atléticas, entre las que se encontraría, como una más, la novedosa disciplina de la musculación con pesas y otros aparatos. Por lo tanto, vemos que el Culturismo es mucho más que el body building o el fitness de la actualidad.

Se trata de un modo de vida muy alejado de lo que, de forma errónea y perversa, hoy se denomina como Culturismo y Físico Culturismo; donde lo que priman, casi de forma única, son el desarrollo muscular y una estética masiva y de extraordinaria definición corporal. Esto, por sí solo y mediante la competitividad contra otros, acompañado de esteroides, anabolizantes y otras drogas farmacéuticas, conduce invariablemente hacia el narcicismo y el hedonismo; es decir, a pensar que todo el Universo gira alrededor nuestro y que todo sirve para conseguir nuestro único y omnímodo objetivo: Ser los mejores, tanto en masa como en definición muscular sin importar demasiado si hablamos o nos comportamos con la debida corrección, entre otras cosas. Esto, generalmente, conduce a la construcción de un fuerte, grande y supuestamente bello estúpido, vacío e ignorante.

Si hay algo evidente y que el Culturismo nos enseña es: que un Cuerpo enfermo no puede contener una mente sana y que una mente enferma no está capacitada para conducir un Cuerpo sano. Se trata de un binomio indisoluble donde solo un punto de equilibrio puede proporcionar un desarrollo integral del Ser Humano y que, ese progreso o evolución, pueda ser transmitido, de forma genética, a las nuevas generaciones.

En el Culturismo verdadero, a parte de una necesaria instrucción básica, es necesario el autodidactismo. Todo Culturista debe de convertirse en su propio Maestro, su propio instructor. Solo uno mismo es capaz de conocer tanto sus deficiencias como sus necesidades.

Aquí no nos estamos refiriendo al Culturismo de la insana competición física contra otros sino a la sana física, intelectual y emocional que realizamos con nosotros mismos para transformarnos en mejores personas, tanto en lo sanitario del cuerpo como en lo espiritual de la mente.

El Culturismo no ve al Ser Humano como una individualidad apartada de su familia natural, la Humanidad, sino como una piedra más, un pilar fundamental de la construcción del edificio que es la Humanidad. Un Culturista verdadero no puede ser feliz con su progreso físico o espiritual si comprueba, cada día, que su entorno más cercano, familia incluida, se encuentra más degradado y enfermo.

Un Culturista debe de tender hacia una familia Culturista y hacia una Sociedad Culturista. Culturismo no es trabajar el Cuerpo como si de un esclavo se tratase o comer como una res para conseguir, cada vez, mayor masa muscular, sino utilizar, de forma moderada, los recursos disponibles para conseguir los objetivos, de forma progresiva y sostenible, que nos hayamos fijado.

El Culturista se hace, no nace. Todo Culturista es una persona curiosa, inquieta y que busca respuestas a las preguntas existenciales. Es un individuo que sabe que mantener su cuerpo sano es importante para ser un buen ciudadano, mejor persona y mantenerse mentalmente equilibrado. Su fortaleza le proporciona la necesaria nobleza para afrontar los retos con valentía; pero sujeto a la lógica y a la razón.

Un científico enquencle o un artista obeso son sinónimo de personas desequilibradas. No basta con decirse a sí mismo que las uvas están verdes; es decir, engañarnos a nosotros mismos de que no podemos hacer esto o aquello.

Son escusas que nos ponemos para no entrar en acción, ponernos en marcha y trabajar, con voluntad, por restablecer el equilibrio y sanarnos física, emocional y mentalmente. Y esto también va por aquellos gañanes que se denominan, falsamente, como culturistas y apenas saben expresarse con algunas frases hechas o palabras malsonantes.

El Culturismo es un trabajo de equilibrado tanto de lo físico como de la personalidad. La primera pregunta que debemos realizarnos es: ¿que nos falta para estar equilibrados física, mental y emocionalmente? Yo soy muy fuerte y me veo bien en el espejo; pero me siento inferior cuando entro en alguna conversación. Si es así intenta equilibrar tu faceta intelectual. Interésate por la astronomía, la arqueología o la filosofía y, sobre todo, lee mucho de todo.

Comienza, si lo deseas, por el apasionante y atractivo mundo del Misterio. Compensa tu excelente faceta física con un esfuerzo en mejorar tu espíritu, tu faceta intelectual.

De otro modo y de corazón, te sientes como un erudito con gran conocimiento; pero enfermas con frecuencia y no te sientes bien. ¿Cuándo te miras al espejo ves la imagen de un enquencle o de una persona tan masiva que apenas le cuesta moverse o respirar? Sabes que tienes que empezar a moverte y hacer algo para remediarlo; pero como la zorra del cuento ante las uvas, lo ves como algo lejano e inalcanzable.

Esto no es así y lo sabes muy bien. Sal a andar, corre después y apúntate a un gimnasio para mejorar aquello que te desequilibra como persona.

Todo esto es el Culturismo y de lo que seguiremos hablando largo y tendido en éste tratado que hemos comenzado. Levántate y anda o toma un libro, ábrelo y comienza a leer. Ambas cosas te convertirán en una mejor persona, en un Culturista de verdad, un Culturista de la Escuela Francesa, un verdadero Caballero o una verdadera Señora.

Siempre se nos dice que las tres normas fundamentales del fisicoculturismo, una de las muchas facetas del culturismo, son: Ejercicio con esfuerzo progresivo, alimentación adecuada al ejercicio realizado y descanso.

Esto es así, siempre, en el caso de las rutinas de musculación dado que si el ejercicio no es lo suficiente fuerte el cuerpo no reacciona en la fabricación de músculo y, por otro lado, si la alimentación no es abundante ni adecuada tampoco podrá nuestro cuerpo desarrollar los nutrientes adecuados que desarrollen nuestros músculos; pero si además, no se descansa lo necesario, el organismo no posee capacidad de reacción y en lugar de crearse músculo, que se desarrolla siempre durante los periodos de descanso, el cuerpo entra en estado catabólico, de deficiencias, consiguiéndose un efecto contrario de cansancio extremo y enfermedad.

Luego entonces ¿es posible conseguir la musculación sin estar pegado cada día al gimnasio, consumir una res diaria o dormir casi todo el día como un felino? Sí, es posible; pero sabiendo coordinar, de forma adecuada, el ejercicio, la alimentación y el descanso; ahora bien, dicho lo anterior, aun estando sometidos a un proceso sostenible de físico culturismo, no esperemos estar preparados en un corto plazo para presentarnos a una competición de Body Building.

Recordemos que el verdadero Culturismo es una competición contra nuestras propias deficiencias con el fin de conseguir un más efectivo desarrollo integral de nuestra Persona.

Olvídate de las diferentes escuelas de genotipo corporal, ya sabes: ectomorfo o flemático, endomorfo o picnidio y meso morfo o sanguíneo.

Tú ¿cómo te ves a ti mismo? ¿Flacucho, gordo o normal; pero con músculos distendidos o flácidos? Según tu diagnóstico deberás actuar de un modo u otro para poder adelgazar y conseguir músculo, engordar consiguiendo músculos o tonificar tu musculatura y hacerla evidente.

Si eres de complexión delgada, serás también muy nervioso. Se os considera como ectomorfos o flemáticos, y tu metabolismo hará imposible que puedas ganar músculo dado que todo lo que tomes de alimento será consumido por tu organismo y no dará un extra para tu sobre musculación o aumento de la masa muscular.

Lamentablemente esto es así; visto desde la perspectiva de las rutinas nutricionistas y de ejercicios del físico culturismo establecido. Lo cierto es que para tu caso concreto hay una solución muy concreta: vamos a cambiar el metabolismo; pero deberás cargarte de paciencia y desde luego no pensar que podrás competir en alguna rama del body building a corto o medio plazo.

Para cambiar el metabolismo hay que engañar al cuerpo. No sirven de nada las rutinas de intervalos rutinarios de ejercicios, un día sí y otro no; ni mucho menos ejercitar una o dos horas diarias cinco días a la semana. Tenemos que mandar un mensaje claro a nuestro organismo: chaval, tienes que crear músculo o te vas a morir. ¿Entendiste bien? Para ello procederemos a unos intervalos prolongados de ejercitación con peso progresivo seguido de otros periodos prolongados de descanso sin actividad física relevante. En todo este proceso, la alimentación debe de ser la adecuada.

Seis pequeñas raciones diarias donde predominen los carbohidratos y las grasas respecto de las proteínas. De hecho, ahora mismo tu organismo no sabría qué hacer con un exceso de proteínas o aminoácidos ramificados. Tu cuerpo necesita el combustible para hacer frente al desgaste del ejercicio al que lo estarás sometiendo.

Pasados unos meses de ejercicio extremo y descanso pasivo, manteniendo la misma alimentación, tu metabolismo irá adaptándose a una nueva rutina en la que estará incluido tanto el aumento de masa corporal, sin perder su tonificación, como la adaptación a un esfuerzo que irá siendo, de forma progresiva, cada vez mayor.

Como ya imaginaba tu caso es bien diferente del anterior. Se os considera como endomorfos o pícnidos. Sufres de sobre peso y de momento no vamos a entrar en qué grado de obesidad te encuentras; pero el primer consejo que el Culturismo tiene para ti es que tu proceso sea supervisado por tu médico o un especialista debidamente cualificado, dado que todo sobrepeso suele llevar complicaciones implícitas como la diabetes o trastornos cardiovasculares entre otros muchos; dicho lo cual, te diré que tu caso es mucho más simple y que aunque, del mismo modo, deberás cargarte de paciencia, en pocos meses comenzaras a ver resultados visibles mediante las rutinas de musculación.

No te dejes engañar ya que la grasa jamás se transformará en músculo. Eso es una imposibilidad biológica; pero lo que si podremos hacer es coordinar la quema, mejor consumo, de grasa con la creación o aumento de la masa muscular. En el proceso de musculación de los sujetos con sobre peso se suele dar la falsa paradoja de que no se observa una pérdida de peso ostensible; pero sí un evidente cambio del aspecto corporal, mucho más tonificado y menos lacio.

Esto es debido a que el músculo pesa muchísimo más que la grasa y como, mediante las rutinas de ejercicios y una alimentación adecuada, nuestro hígado procesa el combustible para transformarlo en los aminoácidos de los que está formado el músculo; es por ello, que nuestra reducción de peso en la báscula puede aparecer como insignificante; es decir, nuestro organismo está utilizando como combustible nuestra grasa y lo usa en la construcción de nuestros ladrillos musculares, los aminoácidos actina y miosina, entre otros menos significativos.

El entrenamiento, por supuesto, será progresivo y controlado, ya vimos las implicaciones que puede tener en la salud, al menos hasta que no se hayan limpiado bien nuestras arterias de colesterol y de la basura añadida a estas partículas de grasa. Debemos ser conscientes de que nuestras autopistas vasculares, arterias, venas y vasos capilares, funcionan muy bien en nuestras fibras musculares; pero no tanto en el tejido graso. Es por ello que un cuerpo musculado es sinónimo de salud y uno graso de complicaciones de todo tipo.

La sangre no solo alimenta a las células, las nutre y las hace crecer sino que también proporciona elementos de protección contra las enfermedades, los anticuerpos. En un organismo musculado estos elementos protectores llegan con mucha facilidad, mediante un fluido riego sanguíneo; sin embargo, el tejido graso puede suponer continuos obstáculos que provocan atascos impidiendo tanto la debida nutrición celular como su necesaria protección ante agentes víricos o bacterianos.

Las rutinas de musculación son las típicas de días alternos al principio con un entrenamiento generalista de todos los grupos musculares para ir pasando de forma progresiva, en pocos meses, a un entrenamiento más específico de cinco días a la semana y en cuyos entrenamientos de una hasta dos horas de duración se entrene un solo grupo muscular.

Respecto a la nutrición seguiremos, como en el caso anterior, con seis raciones diarias donde se comenzaría con una dosis elevada de carbohidratos y baja en proteínas para progresivamente ir elevando estas e ir disminuyendo aquellas. Todo ello, tiene un límite pues nunca debemos prescindir de los hidratos ni superar las dosis de proteínas que nuestros riñones puede procesar sin saturarse y resultar dañados.

Tu índice corporal parece el adecuado y según la convención tu peso corporal se corresponde con tu estatura. Se os considera como mesomorfos o sanguíneos; pero tus músculos están lacios y deseas mejorar tu tono corporal. Estás de enhorabuena porque partimos de una buena percha; pero eso no significa que debas dormirte en los laureles, abandonando la deseada paciencia a un lado.

Al menos tres meses deberás usar una rutina de entrenamiento, de todo el cuerpo, en días alternos. Después irás ampliando tu rutina, de un solo grupo muscular, durante cinco días y uno solo de descanso. A nivel nutricional mantendremos las seis raciones diarias y que estarán constituidas del nivel de hidratos de carbono adecuado a tu peso corporal y la proporción adecuada de proteínas.

Esas proporciones irás modificándolas en función de tus logros corporales. Si ves que aumentas tu grasa corporal aumenta un poco el nivel de proteínas y baja, de forma proporcional, el de los hidratos de carbono. Recuerda que un exceso de proteínas no sirve para gran cosa y, por el contrario, podría perjudicar a tus riñones.

Ahora nos surge una cuestión. ¿Quién carajo puede mantener ese nivel de alimentación?

Con mucho sacrificio y esfuerzo cualquiera; pero también se requiere ese sacrificio de nuestros seres queridos: padres, esposa e hijos. ¿Seguro que estás dispuesto a sacrificar el bienestar de tu familia para comer y suplementarte como un cerdo?

Salvo que poseas un verdadero colchón económico o decidas convertir el Body Building en una profesión lucrativa ¿qué sentido tiene conseguir un cuerpo súper musculado, a costa de tu bienestar social, y para que termine siendo comido por los gusanos?

Hasta aquí quería traerte, amigo mío, pues lo que se denomina como competiciones culturistas no es Culturismo. El Culturismo busca nuestra mejora de la salud integral, tanto física como espiritual; dicho lo cual, aun así no está todo perdido ya que se puede conseguir un buen nivel corporal sin llegar a los niveles estratosféricos de los body builders.

La cuestión es que te dejes llevar por la intuición y adecuar tu entrenamiento a tu nivel de alimentación. Sé, me consta que no puedes realizar seis comidas diarias y que tu trabajo de doce horas diarias te impide entrenar a diario. Entrena siempre que tengas un rato libre; pero hazlo a fondo, entregando toda tu alma en ello y sin escatimar esfuerzo.

Usa tu inteligencia y aliméntate bien algunas horas antes de entrenar, hidrátate, de forma adecuada, durante tu sesión de entrenamiento y no dudes en suplementar tu nutrición con un buen batido de proteínas quince minutos después de entrenar aprovechando lo que los nutricionistas conocen como ventana anabólica.

Mediante éste Sistema, quizá no te transformes en un súper mazas; pero estarás invirtiendo en tu salud sin sacrificar el bienestar de tu familia. Además no tendrás remordimientos de consciencia por aquellos que poco tienen que echarse a la boca y, lo mejor de todo, serás un culturista en toda regla y que sigue los designios propios de la disciplina: Mente sana en Cuerpo sano. Lo importante, en tu caso concreto, es que utilices cualquier momento disponible para entrenar y que cuando lo hagas vayas debidamente nutrido e hidratado, reservando un buen tiempo del entreno para realizar un precalentamiento adecuado. Recuerda que no estás entrenando de forma regular.

Otra cosa importante es que si no llegas a tus seis raciones nutricionales diarias, no intentes compensarlo, en modo alguno, comiendo de forma masiva, durante tus horas de comida, dado que eso no solo perjudicará tus sistemas digestivo y endocrino sino que dilatará tu estómago y perjudicará tu futura figura corporal.

La Ley culturista manda comer, las máximas raciones diarias debidamente equilibradas, con la debida moderación y que cuando entrenes no te encuentres vacío sino debidamente nutrido y con ganas de hacerle frente a los hierros.

En otro lugar hablamos sobre la historia del Culturismo; pero no está de más recordar que dicha palabra fue creada en Francia en las primeras décadas del siglo XX, aunque sus antecedentes, a nivel de entrenamiento físico, se remontan al Siglo XVIII, cuando Napoleón requirió a un Noble español para que entrenara a sus tropas de infantería.

Dicho entrenamiento consistía, básicamente, en un fortalecimiento y musculación de la parte superior del torso y los brazos con lo que se conseguía aminorar el esfuerzo de carga y aumentar la contundencia de los golpes de bayoneta; pero como dijimos al principio de ésta introducción al Culturismo, el original y verdadero, el Culturismo no es tan solo físico culturismo o cultura física.

Mucho menos es solo musculación, aunque parece ser que las federaciones de culturismo han terminado reduciendo el Culturismo a simples técnicas de musculación. Originariamente, un culturista era una persona versada, generalmente relacionada con la medicina, y que podía practicar diferentes disciplinas deportivas.

Desde esgrima a natación pasando por las más diversas actividades gimnásticas y atléticas; pero entonces ¿desde cuándo se empezó a identificar al Culturismo con los gimnasios de pesas? y ¿por qué?

Con la revolución industrial, en el siglo XIX las gentes del campo se van trasladando a las ciudades, convirtiendo éstas en extensos complejos urbanos. Aún no se habían reinstaurado los juegos olímpicos modernos y por lo tanto no había, aún, los polideportivos municipales de los que en la actualidad disfrutamos en nuestro entorno urbano. Debido a esa carencia se desarrollaron los gimnasios a los que asistía la clase más pudiente con el fin de mejorar su condición física.

Estos gimnasios para hombres y para mujeres enseñaban muchas de las disciplinas gimnásticas que hoy se consideran olímpicas; pero además disfrutaban del ejercicio con pesas, unas pesas muy rudimentarias, nada que ver con la tecnología actual, y que servía a los gimnastas para fortalecer los músculos de sus brazos y así facilitar la ejecución de sus ejercicios gimnásticos.

La faceta más llamativa; pero ni mucho menos la más importante del Culturismo fue la exhibición de los cuerpos musculados; pero esto, a pesar de que se indica como un posible origen del Culturismo antes de la creación de dicha palabra no deja de ser incierto. De hecho, desde tiempo inmemorial en circos y medios afines existió el espectáculo del Forzudo. Individuos capaces de levantar pesos enormes y en los que al público se le invitaba a competir e intentar levantar dichas moles de piedra o hierro.

Evidentemente los cuerpos de dichos fortachones estaban extremadamente musculados y suponían la atención de las miradas del público asistente. Todo el mundo puede estar de acuerdo en que estos fueron los orígenes tanto de la actual halterofilia como de la disciplina físico culturista del power lifting.

Y esto es lo que tenían a su alcance los doctores que en el siglo XX dieron nacimiento al Culturismo. Estas gentes que serían los precursores de la actual medicina deportiva y de las técnicas de fisioterapia, comenzaron a tratar el ejercicio físico de un modo científico estructurándolo y estudiando sus consecuencias en nuestro organismo y sistema muscular de forma sistemática y minuciosa; pero evidentemente, para ellos, solo suponía una parte muy pequeña del Culturismo.

Las pesas y los dispositivos y aparatos que fueron inventando y que, evidentemente, se fueron incorporando a los gimnasios ya existentes, estaban ideados para compensar las deficiencias de las disciplinas atléticas y deportivas que practicaban. Redescubrieron, como los filósofos de la antigua Grecia, que un cuerpo armónico solo podía desarrollarse si se ejercitaban la mayor parte de los músculos externos del cuerpo. Cosa que evidentemente no sucedía con la simple práctica de una sola especialidad deportiva.

Con el tiempo, para desgracia del Culturismo, se fue identificando el levantamiento de pesas y los gimnasios con la más amplia disciplina culturista. Al masificarse los gimnasios, hasta el día de hoy, fueron entrando personas que en realidad no poseían algún interés en el Culturismo y lo que solo pretendían era tener más fuerza y un cuerpo perfecto para atraer a las chicas.

Ese fue el comienzo del fin del Culturismo verdadero dado que atrajo a una multitud de gente acomplejada que solo buscaba su coraza muscular para hacer frente a sus deficiencias psicológicas y de baja autoestima y hasta aquí y ahora hemos llegado.

Con este humilde trabajo pretendemos mostrar al Mundo que el Culturismo es mucho más de lo que se nos muestra. Que el Culturismo de los creadores franceses no necesita que se lo re etiquete como natural o de otro modo.

El problema del mal uso del término Culturismo lo tienen otros y desde aquí lo denunciamos poniendo los puntos sobre las ies y mostrando la verdad desnuda pese a quien le pese y aunque moleste a muchos que, por ignorancia, aun llevando muchos años de práctica deportiva, no han conocido la importancia y lo mucho más que significa ser culturista a secas, sin más etiquetas o apellidos reinventados.


Antonio Ruiz Alba (Entrenador Personal Homologado)
Todos los derechos reservados


sábado, 1 de abril de 2017

Apología de la La Cultura Física (Culturismo)


La Cultura Física, el Culturismo, desde sus orígenes fue considerada como algo elitista y propio del fascismo; pero nada más lejos, al menos según el concepto bajo el cual apareció el Culturismo.

Mucho de lo que hay hoy en día poco o nada tiene que ver con aquello y desde luego somos muchos los que ni podemos estar de acuerdo ni compartiremos los actuales conceptos.

La musculación, crear músculo, por la musculación es solo eso, musculación. El ir al gimnasio para fortalecer los músculos es un medio nunca un fin en sí mismo como estamos viendo de continuo, con el único afán de fortalecer un nuevo consumismo basado en la apariencia física.

El Culturismo aboga por un cuerpo sano y proporcionado constituido de músculos definidos y tonificados; pero nunca súper desarrollados, del mismo modo que aboga por cuerpos con un porcentaje de grasa normal; dado que un exceso supone poner en peligro la salud y la vida.

En este Mundo existen algunas cosas indecentes y entre ellas no se me ocurre introducir las tendencias sexuales.

1.- Es indecente amasar dinero y no darle una circulación

2.- Es indecente hacer alarde de la riqueza

3.- Es indecente el Juego que hace a unos pocos ricos respecto a la mayoría 

4.- Es indecente comer más de lo necesario para estar fuertes y sanos

5.- Es de estúpidos e indolentes no hacer lo posible por cuidar el cuerpo y mantenerlo limpio y sano

6.- Es de ignorantes y avariciosos el ingerir un exceso de alimentos y suplementos con el fin de crecer más allá de lo que requiere nuestro estar bien y supervivencia

En el Mundo hay lugares donde la pobreza está instaurada de forma casi normal. La pobreza lleva consigo el hambre y por lo tanto la desnutrición.

Todo ser humano con un poco de cabeza debería darse cuenta que la riqueza es ilusoria y efímera. Nadie se va a llevar nada físico de aquí, ni dinero, ni bienes ni carne, sea grasa o magra.

Según el Culturismo de toda la vida, la Cultura Física de los comienzos, todo el mundo debería fortalecerse hasta el límite que permita su biotipo (ectomorfo, mesomorfo, endomorfo) y no pretender romper las barreras e ir mucho más allá, como sucede hoy en día.

Intentar romper la barrera supone perjudicar al organismo y reducir el tiempo de vida, así como perjudicar la salud del cuerpo. Todo exceso, sea éste de grasa o de carne magra, músculo, no es beneficioso y eso no quiere decir que cada ser humano no tenga que hacer lo posible por estar lo más fuerte posible.

Tener una musculatura definida y tonificada significa una mejor circulación de la sangre por todo el organismo y por lo tanto una mayor dificultad de caer enfermo, pues el ejército de las defensas puede llegar, con prontitud, allá donde pudiera estar produciéndose un ataque o invasión interna o externa.

El problema es cuando la competencia no es contra nosotros mismos; es decir llegar al límite de nuestras posibilidades y ser conscientes de cuáles son los límites que, con inteligencia, no se deben de traspasar; el problema es cuando intentamos parecernos a otros y que esos otros poseen una constitución corporal muy diferente a la nuestra o han traspasado los límites de lo razonable y que, consecuentemente, les traerá problemas orgánicos irreversibles y que les acortará, de forma inevitable, la vida.

Espero poder hacerme entender. No es indecente que estés gordo, obeso o súper musculado, siempre y cuando tu situación sea debida a la ignorancia; porque si conoces las consecuencias de tu comportamiento para llegar hasta donde llegaste y persistes en el error; entonces sí podríamos hablar de indecencia.

Lo inteligente es comer lo suficiente para conseguir nuestro objetivo, estar fuerte y sanos, tonificar nuestra musculatura, de forma integral e inteligente, y que nuestra circulación sanguínea y el resto de nuestros órganos internos funcionen con normalidad; es decir, que podamos sentirnos a gusto con nosotros mismos y que los demás puedan vernos como gente sana y apetecible a todos los niveles.

Si nuestro trabajo o deporte requiere de nosotros ciertas aptitudes, procuraremos ejercitarnos, en el gimnasio o donde fuere, para conseguirlas y poder cumplir con los retos y objetivos que nos propongan; pero todo lo que sea ir más allá, no por parecernos a una estatua de Miguel Ángel, sino a un personaje de comic completamente ficticio no solo es indecente e inmoral sino estúpido y de falta de inteligencia.

Los gimnasios, la alimentación y la suplementación no deberían tomarse como una factoría de hacer masa magra, como si de una granja se tratase para cumplir con un enfermizo narcisismo que nos llevará, de forma ineludible, a una pronta muerte tras una vida con una calidad deficitaria. 

El construir cada vez mayor masa muscular no debería jamás ser un fin en sí mismo; sino solo en caso de verdadera necesidad, un medio. De lo contrario, estaríamos actuando de forma indecente cuando muchos millones no tienen nada para llevarse a la boca, tan indecente como hacer alarde de lujo y riqueza cuando la gente, en el Planeta, se muere por falta de medicamentos.

La masa muscular excesiva, el volumen, no significa siempre una mayor fortaleza, sino tan solo una cierta fisonomía externa, un escaparate ante nuestro espejo y ante los demás. Un gimnasta requerirá una determinada musculatura y un atleta o nadador otras muy distintas porque la necesidad hace el órgano, la necesidad hace la musculatura.

No tiene ningún sentido que desarrollemos unas facultades físicas que nunca vayamos a utilizar porque la naturaleza es sabia y todo aquello que no es necesario, en este Mundo, es sobrante y como tal perjudicial.

Es por ello que la Cultura Física no trata de construir masa muscular por el hecho de construir masa muscular, a modo del escultor que esculpiera la figura de un atleta en barro o escayola. 

La Cultura Física, desde sus orígenes, ha tratado de mejorar a la Especie Humana; pero no tratando de convertir a sus especímenes en monstruosidades musculosas sino en esculpir cuerpos sanos y hermosos que puedan ser sustentados por la percha de sus esqueletos y que sirvan para acometer algún fin predeterminado.

Cada ser humano es diferente y cada cuerpo es diferente. Hay errores en nuestra conducta que debemos solventar y reconducir para que podamos vivir con salud y que las futuras generaciones puedan nacer sanas y que sus cuerpos puedan vivir en consonancia con una mente sana e inteligente.

De eso trata el verdadero y auténtico Culturismo y ese es el verdadero reto de la Cultura Física.

Dicho todo lo anterior, cada cual es libre de hacer con su vida lo que desee, construirla o destruirla, fortalecerla o deformarla, enriquecerla o empobrecerla. 

Ahora tú decides que hacer con ella, tú no eres un vigoréxico estúpido que está arruinando su vida. Eres un ignorante arrogante que debes aprender y tener la humildad suficiente como para reconducir tu vida por la Vía del verdadero Culturismo sin calificativos ni apellidos; ni Físico Constructivismo, ni Natural, “CULTURISMO” a secas y con mayúsculas, porque esa fue la palabra con la que, sus creadores, bautizaron a una disciplina de vida que algunos, por complejo de inferioridad respecto a sus semejantes, han desvirtuado y mancillado intentando transformar sus cuerpos debiluchos en monstruosas deformidades. 

Aralba

sábado, 4 de marzo de 2017

“El, a nuestro parecer, vergonzante e ignorante intrusismo del Estado en los medios de formación”



“Es brutal la manía esta de "matar al padre".... Los fisios han aprendido Osteopatía de osteópatas... ¡¡¡Que no son fisios y ahora, como no, quieren cargarse a los osteópatas porque no pertenecen al sistema, a quienes les enseñaron la técnica a ellos....!!! ni más ni menos.... Qué manera de hacer las cosas...” (Nuria Romaguera-facebook)



Se habla de intrusismo profesional por parte de los homeópatas, aunque estuviesen titulados en el extranjero, por parte de los médicos alopáticos de este País.


No se habla de intrusismo profesional de los psicólogos en la psiquiatría, porque ambas son carreras universitarias totalmente regladas a nivel Mundial. En el supuesto de que en España no existiese la psicología está claro que serían, los psicólogos, considerados como intrusos profesionales. Evidentemente eso no sucede.

Los masajistas existen desde toda la vida y los osteópatas desde el siglo XVIII; pero ahora resulta que salvo que sean, al mismo tiempo fisioterapeutas, estarían realizando intrusismo profesional. Seguimos hablando de este bendito País.

Lo que no se cuenta es que en muchos países, como en nuestra vecina Francia y que de tontos no tienen ni un pelo, además de impartirse la carreta homeopática también se imparte la Osteopatía como titulación universitaria.

Aquí, en el País de Cervantes, como somos tan sumamente listos, más que nadie, alguna lumbrera decidió que el masaje y la osteopatía, para ser ejercidos, se deberían realizar bajo el paraguas de la novísima carrera de la Fisioterapia. Sí, porque a alguien le salió de semejante parte y punto. Claro que todo tiene un por qué; pero no se trata del que están pensando.

En Francia, por ejemplo, son dos carreras completamente distintas, la Osteopatía y la Fisioterapia; y aunque supongo que algunas asignaturas podrían ser convalidadas entre sí, el conjunto de los ciclos de estudio no lo son porque la fisioterapia y la osteopatía tratan los mismos o parecidos problemas desde diferentes perspectivas y técnicas.


“Hace 20 años en la escuela de Osteopatía donde yo enseñaba Kinesiología venían a aprender de presuntos delincuentes las técnicas que ahora pretenden enseñar en un posgrado. Yo soy Naturópata desde hace 30 Años. Soy ilegal porque el estado ahí lo quiere. Pero a mis formaciones siguen viniendo médicos y fisios y son bienvenidos” (Pedro Cano Huelves- Facebook)


Ahora díganse a ustedes mismos ¿quién está realizando intrusismo profesional? ¿La osteopatía por ser una práctica minoritaria y no reconocida en este País, o el Sistema Universitario de la Fisioterapia oficial, regular y aceptada por el Estado, por apropiarse de unas técnicas que no le son propias?

Sí, porque si al menos solo hubiese hecho eso, no habría problema alguno, pues sería un reconocimiento de la validez de los métodos osteopàticos; pero no, aquí de lo que se trata es que ya, nadie puede ejercer la osteopatía salvo que sea un diplomado fisioterapeuta.

En muy breve tiempo sucederá exactamente lo mismo respecto de los monitores en fitnes y aerobic, se lo deberemos a los iluminados de Ciudadanos, que tendrán que tener una Carrera Universitaria, la de educación Física u otras, para poder ejercer su profesión y si no ya saben a casita, parados que así se está mejor o a pasar a ser considerados como intrusos profesionales aunque llevaran veinte años ejercitando su profesión; y si no, a hincar los codos y a sacarse la carrera, aunque lo que allí estudien poco les pudiera servir en su trabajo en el gimnasio.

Repito. ¿quién está realizando intrusismo profesional? El Estado y además con el agravante de realizarlo con un extraordinario abuso de autoridad ¿quién puede ir contra el Estado? Nadie y si no, ya saben, considérense como fuera de la Ley y ¿qué significa eso? Pues que a lo sumo podrían ejercitar su profesión si trabajan para alguien que sí posea el título y si intenta trabajar por su cuenta, usted no podrá aparecer como el dueño de su negocio sino que necesitará una firma cualificada y avalada por una carrera universitaria y su titulación oficial. Es decir, usted deberá pagar a otro por su firma aunque el trabajo lo realice usted.

Porque de otro modo no podrían obtener un Seguro de Responsabilidad Civil y, es evidente, así también estaríamos fuera de la Ley y desprotegidos ante cualquier posible accidente.

El Sistema de estudios oficiales no trata sólo de formar profesionales sino, también, de domar, domesticar a obedientes borregos que puedan ser perfectamente controlados y que les sirvan, asimismo, de inspectores y chivatos con aquellos que no comulgaran, por el motivo que fuere, con la oficialidad vigente. Si yo he tenido que realizar una costosa carrera de cinco años para poder ejercer ¿cómo va a venir este intruso que solo ha estudiado dos años y de forma no oficial a quitarme el trabajo? No lo puedo consentir y deberé denunciarlo.

Lo curioso es que mucho, muchísimo, de lo que se ha estudiado en esos cinco años de carrera, mínimo, en realidad no sirve para ejercer la profesión, sino como filtro de control para que solo los más pudientes puedan llegar a licenciarse. Dicho lo cual, siempre tendremos unos cuantos licenciados de las clases más pudientes y una inmensidad de ciudadanos, oficialmente analfabetos e iletrados, que deberán conformarse con salarios de miseria dada su falta de homologable instrucción.

Dicho lo cual, solo nos queda, quizá nuestros ojos lo vean, que llegue, algún día, a solicitarse algún tipo de licenciatura para poder ejercer de barrendero o de prostituta; perdón, de scort.



“Yo lo que digo es que Todos los profesionales deben garantizar su trabajo. O con un seguro personal, o por un colegio profesional, o por una responsabilidad corporativa. Sin embargo estoy de acuerdo en que a veces más parece un lobby anti competencia que una defensa del consumidor” (Juan de Teruel-facebook)




Aralba

viernes, 3 de marzo de 2017

Reivindicación del Término Culturismo




Hoy se habla mucho de body building o musculación; pero la palabra original, Culturismo, parece estar relegada al desuso. ¿Por qué?

Suele suceder a menudo que palabras de uso corriente terminan sonando mal o identificadas con algo políticamente incorrecto; pero me temo que en esta ocasión se trata más de colonialismo anglosajón con el Término Body Building, o tal vez no del todo.

El Culturismo, en su origen, suponía no solo una construcción corporal sino también moral e intelectual. Se trataba de conseguir al hombre perfecto, renacentista, en todas las facetas de la vida. El Culturista no solo tenía que poseer un cuerpo apolíneo y capacidad atlética sino ser, además, un caballero culto, instruido y moralmente impecable.

Desde luego, el término Culturismo posee un significado mucho más amplio que musculación o body builder. Se puede ser un perfecto monitor de musculación o poseer un cuerpo simplemente perfecto; pero si solo se tiene eso, no se es un Culturista verdadero.

Hoy en día se relaciona al Culturismo con el doping y drogas hormonales de todo tipo; pero es absolutamente falso que esto siempre fuese así.

Es cierto que la mayoría de los primeros culturistas o eran médicos o gente relacionada, de un modo u otro, con la salud y la nutrición.

Los suplementos alimenticios y nutricionales son consustanciales con el Culturismo original; pero nada que ver con el doping de esteroides, anabolizantes, insulina y hormona del crecimiento que se extendió como la pólvora a partir de la mal llamada Edad de Oro del Culturismo y que fuera propiciada por los hermanos Weider y de los que formaron parte de ella, entre otros muchos, Arnold Swarzeneger o Lou Ferrigno.

Tan solo hay que comprobar los cuerpos musculados de los culturistas que competían por el Mr. Universo, anteriores a esa supuesta Edad de Oro que inauguró las primeras competiciones del Mr. Olympia y cuya Federación siempre estaría en manos de los Weider y de sus empresas.


En la actualidad, el Body Building, heredero de las técnicas Weider, no me preguntéis el por qué, busca cuerpos voluminosos, ultra musculados y con una definición y vascularización que ralla con lo monstruoso, no natural e inhumano, nada que ver con los cuerpos tonificados de aquellos culturistas de antaño que nos interpretaron, en el celuloide, tanto a Tarzan de los monos como, en los peplums, a los antiguos héroes griegos.

Por lo tanto, de forma particular, deseo recobrar para mi Blog el término Culturismo y Culturista, por encima de los de Body Building y Body Builder; dado que entiendo que nos solo es la palabra original que denominaba a la práctica deportiva del levantamiento de pesas y la posterior exhibición de aquellos cuerpos casi perfectos, no por narcisismo sino como medio de publicitación de la Disciplina, sino también porque no me identifico con las modificaciones impuestas por Weider y los suyos, que muy a pesar de lo que hicieron por la popularización de los gimnasios de pesas y la ingesta de positivos suplementos nutricionales, no solo no impidieron sino que promovieron algo tan insalubre como es el consumo de sustancias peligrosas para la salud.

Evidentemente no se puede expedir un diploma de monitor en Culturismo, dada la amplitud del significado del término, y esa es la gran diferencia existente con el Body Building o musculación y por lo que yo reivindico la palabra Culturismo como la designación de algo, no solo inocuo, sino también muy beneficioso para la salud integral; no solo personal, sino también de la propia Especie Humana.

Todos los deportes, incluidos el atletismo y la propia gimnasia se han beneficiado de los entrenamientos de musculación generados en el ámbito del Culturismo.


Aralba