viernes, 31 de diciembre de 2021

40 Lección, Sexto Grado, Segunda Orden

 "Curando con las manos 1 (Campo Cuántico de Energía)"


-Energía Vital, fuente del Magnetismo Sanador. Eter, el Quinto Elemento-


Hablamos del "Prana" hindú, del "Chi" de la Cultura china o del "Ki" japonés. Todo es lo mismo, dado que es Éter, la esencia que conforma todo el conjunto del Pleroma, como no podía ser de otra manera, permeando nuestro Universo hasta su último poro.


La Energía Vital es el Éter que se manifiesta en todos los seres vivos reconocibles; pero también se encuentra a nuestro alrededor como los "midiclorianos" de "Star War". Esa Fuerza Vital que se encuentra a nuestra disposición en cualquier lugar del Universo es la que manipula el Sanador Místico con el fin de realizar su objetivo curativo.


No se trata de realizar una transferencia de energía de un lugar a otro, dado que ésta se encuentra en todas partes sino de favorecer los canales idóneos de circulación de la energía, de modo similar al utilizado por la acupuntura con su mapa de meridianos.


En éste sentido, no existe gran diferencia entre el antiguo magnetismo animal mesmérico y las nuevas técnicas del Reiki de origen japonés, por lo que sus procedimientos son extraordinariamente similares y donde solo cambian unos pocos conceptos y, quizá, el modo de aplicar algunas técnicas.


En lecciones anteriores hablábamos de un Campo Sanador de la Rosacruz que, como dijimos, es consustancial con el Campo Vital que permea el Universo y, como hemos dicho, procede del Pleroma atravesando la frontera multidimensional del Plano Cuántico que separa el Mundo Original, del que todos procedemos, de nuestro mundo actual. Nuestros científicos dirían que esa Energía Vital o Campo de Sanación, conocida como de "Punto Cero" (Indefinida), procedería del Vacío Cuántico. 


Este denominado vacío solo es un modo de hablar para entender que es algo procedente de fuera de éste Universo material y donde, se supone que existiría otra cosa que la Física desconoce y a la que ha dado por denominar como Vacío. También podría entenderse como el Plano de existencia de la Antimateria; pero solo se trataría de subterfugios para denominar aquello que no se puede ver pero de lo que se conoce su existencia.


Éste Éter que permea nuestro Universo y que no es otra cosa que el Cuerpo de Dios viene a ser, para nosotros, semejante al aire que nos permite respirar y por lo tanto vivir, con la diferencia de que el Campo Vital posee un espectro de influencia muchísimo más amplio, dado que no solo permite la existencia de la vida aeróbica sino también la anaeróbica y el crecimiento de los cristales entre los minerales, así como otras múltiples manifestaciones, eventualmente mágicas, que nos son desconocidas por el momento.


Para poder hacer uso de esa, vamos a llamarla, energía sanadora, lo primero que necesitamos es la consciencia de su existencia. Eso es lo mismo que decir Fe, en tanto que es algo que no se puede ver ni medirse con nuestros actuales instrumentos. Es por ello que a éste tipo de prácticas energéticas también se las conoce como "Curación por la Fe", de la Confianza que deposita el Paciente en su Sanador.


No es circunstancial que a Mesmer, un Masón y Rosacruz relevante, del fascinante Siglo XVIII, se le atribuya no solo la curación mediante pases magnéticos, magnetismo animal, sino también el uso moderno de las artes hipnóticas que hacen un uso relevante de las técnicas de sugestión prifunda.


La Curación energética, para funcionar, necesita no solo del Campo Sanador de la Rosacruz, el Prana que lo interpenetra todo en nuestro Mundo, sino también una sintonía adecuada con el Cuerpo al que se desea restablecer su equilibrio natural y esto se realiza mediante las técnicas sugestivas, ya sea mediante una leve sugestión o tras un profundo trance hipnótico.


Vemos que hay dos conceptos interrelacionados y sin los cuales la sanación no sería posible, la existencia del Cuerpo Vital Universal y la sintonía con él para que los desequilibrios de polaridad puedan equilibrarse; es decir que se pueda producir una transferencia tanto de las sobrecargas positivas como de las  sobrecargas negativas del Cuerpo Vital del Paciente hacia el Cuerpo Vital del Universo y cuya fuente sería ese Vacío Cuántico mencionado que conectaría con el Pleroma Gnóstico o Mundo de las Ideas de Platón.


Teniendo en cuenta la existencia de un convencionalismo necesario, al referirnos a la polaridad de la energía, lo importante es conocer que estás polaridades contrapuestas existen y que se reflejan en nuestro Cuerpo, tanto en su conjunto como a nivel individual de los propios órganos, glándulas y Sistema Nervioso.


Así, si consideramos, repetimos por convencionalismo, que nuestro lado corporal izquierdo es negativo y el derecho positivo, basta conocer la deficiencia en nuestro Paciente para que podamos restablecer su equilibrio acercando sin tocar, por ejemplo, nuestra mano izquierda a su lado derecho para descargar una posible sobrecarga energética positiva, o, por el contrario, nuestra mano derecha a su lado izquierdo para equilibrar una posible sobrecarga negativa, en tanto que nuestras cargas negativas atraerían sus cargas positivas, contribuyendo, así al restablecimiento de las cargas energéticas.


Ahora bien, la cosa no es tan simple si antes nosotros, como supuestos sanadores, no nos encontrásemos debidamente equilibrados; porque de no ser así, podrían suceder dos cosas simultáneas, el agravamiento del desequilibrio de nuestro paciente y un empeoramiento de nuestro propio desequilibrio energético.


Es por ello imprescindible una preparación previa de equilibrado y sintonización con el Campo Sanador de la Rosacruz antes de proceder a intentar restablecer el equilibrio energético de nadie. Esto se realiza mediante un proceso previo de meditación profundo y libre de visualizaciones; es decir, buscando el Tao o el Nirvana en la Sabiduría del Silencio y acallando el furioso ruido de la Mente. Solo tras éste proceso cuya duración es indeterminada, dependiendo del progreso espiritual del Sanador, es que se estará preparado para afrontar tan delicada e importante situación.


Como ya apuntamos en una lección anterior, es importante que después del tratamiento agitemos violentamente nuestras manos ante un inodoro o una fuente de agua corriente con el fin de deshacernos de lo que los antiguos conocían como miasmas. Estas miasmas no dejan de ser otra cosa que las partículas energéticas que al equilibrar el Cuerpo Vital de nuestro paciente ha desequilibrado el nuestro. Inmediatamente después procederemos a entrar, de nuevo, en un profundo estado de meditación con el fin de reequilibrar nuestro propio Cuerpo Vital.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C