jueves, 2 de diciembre de 2021

28 Lección, Sexto Grado, Segunda Orden

 "Cuando las manos curan"


Hemos visto que el Cuerpo de los seres humanos funciona como una maquinaria bien engrasada y que hay que mantener en funcionamiento, con los necesarios descansos. De no observarse estas premisas, el Cuerpo está condenado a degradarse para terminar desapareciendo.


También, que los seres humanos somos lo que comemos. Qué la salud de esa máquina de la que hablamos depende de la calidad y cantidad del combustible que le proporcionemos.


Otra cosa que, recientemente, hemos comentado, es la capacidad de actuar, mediante sugestión, tanto de forma presencial, como a distancia, en la salud de nuestros congéneres; pero a los rosacruces se los conoce, especialmente, por su capacidad de sanar mediante imposición de manos o pases magnéticos y de eso es de lo que vamos a tratar, a partir de ahora.


Como bien conocen nuestros amigos lectores, el Ser Humano es una gran colonia de células que comenzaron como una única célula que se fuera duplicando hasta constituir lo que terminamos siendo. Bien, la membrana de la célula es, por así decirlo su piel del mismo modo que nuestra piel, por así decir, es la membrana que cubre a la Colonia Celular Humana.


Por otro lado, la Ciencia reconoce que la Piel es el Órgano sensorial del Ser Humano con mayor superficie. El tacto es debido a los millones de filamentos nerviosos, conectados con el Sistema Nervioso Central y, por lo tanto, con el Cerebro. Esto permite que podamos diferenciar el frío del calor, el dolor del placer y la insoportable irritación de las placenteras cosquillas. Tan grande y habitual es la piel como órgano del tacto que lo tenemos infravalorado.


Al ser, la Piel, una superficie contactada por infinidad de fibras nerviosas, también es un Órgano eléctrico, cuyos efluvios, parte del Cuerpo Vital de los seres vivos, puede visualizarse mediante la cámara Kirliam que usa bobinas de alta tensión pero de muy alta frecuencia, provocando el peculiar fluido pelicular, que permite fotografiar una parte del aura humano. La parte que reacciona a la corriente eléctrica.


El contacto físico, entre los seres humanos, es algo extraordinariamente importante, dado que se transmite, mediante, determinadas sensaciones, también sentimientos y emociones.


Desde tiempo inmemorial, las manos han sido utilizadas, por los curanderos, para de diversos modos, calmar el dolor e incluso curar, por simpatía, determinadas enfermedades. Cuando las manos del sanador hacen contacto y presión con la piel de su paciente, estamos hablando de las diferentes formas de masaje corporal.


Cuando, por el contrario, no se produce ese contacto físico; pero se mantienen las manos a muy corta distancia de la piel, estamos hablando de pases magnéticos. Los pases magnéticos, también conocidos como mesmerismo, son un pariente lejano de la acupuntura oriental. La diferencia es que en la acupuntura se usan diminutos alfileres que se introducen en la piel para que sirvan de antenas canalizadoras de la energía negativa. En el caso del magnetizador, son sus propias manos las que realizan dicha función interactuando su propio flujo eléctrico con el emitido por el enfermo; de ahí que, los magnetizadores, cada poco tengan que sacudirse las manos para deshacerse de las malas vibraciones, miasmas, y continuar con su Terapia sanadora.


Una Terapia que se basa, básicamente, en la bipolaridad del Sistema Nervioso Humano. De ahí, que cuando existe una sobrecarga, por ejemplo, del polo negativo, el terapeuta deba de compensarlo con la energía desprendida de su polo positivo y viceversa. Esa es la causa del cansancio que sufren los terapeutas después de cada sesión.


No debe de caer, nuestro lector, en la confusión de que se trate a los pacientes como baterías eléctricas que deban de ser recargadas sino como condensadores que deben de ser descargados de la electricidad residual o que deban de ser recargados realizando una reconexión correcta del Sistema Eléctrico nervioso periférico de la piel.


Para finalizar esta breve introducción a la Técnica de curar con las manos, queremos realizar una analogía entre las ancestrales artes marciales y el kárate Japonés, en tanto que el pase magnético es antiquísimo; pero el Reiki, por poner un ejemplo conocido, es relativamente reciente.


Las artes marciales como los pases magnéticos han existido siempre, al menos desde que existen registros históricos; pero tanto el kárate, el Judo y el Aikido como el Reiki son revisitaciones modernas. Por cierto revisitaciones necesarias, en tanto que todas esas artes antiguas convivían en un permanente caos muy difícil de estructurar y, por lo tanto, de estudiar debidamente, al menos con un método científico.


Con la debida estructuración, esas artes milenarias, diríamos que inclasificables, pudieron ser seccionadas en partes o grados asequibles para un fácil estudio y comprensión.


Existen, desde hace años, una inmensa cantidad de libros sobre la curación energética; pero en donde, cada cual, sigue los pasos de unos maestros determinados, con lo cual, el caos siguió existiendo hasta que se popularizó, de forma extraordinaria, el Reiki. Hoy en día, pareciera que no existen otras técnicas de curación con las manos, que las que utiliza el Reiki; pero pronto veremos que la única diferencia entre el Reiki y las antiguas artes que adapta al Mundo actual, no es otra que la que pudiera existir entre el Kárate Japonés y el Kunfu que se practicaba en la Isla de Okinawa y cuyo origen se remontaría a los antiguos monasterios chinos de Shaolín.


Creemos que, a partir de enero, estaremos en disposición de compartir, con vosotros, lo más básico de las técnicas de magnetismo Rosacruz y cuya semejanza con el actual Reiki japonés no es mera coincidencia.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C