"El Ego como un bote de canicas"
-La mayoría de las veces un alegoría es la mejor respuesta-
No vayáis a creer que todas las ilustraciones que se me ocurren, con tal de ser entendido son de mi propiedad. Ciertamente, soy bastante imaginativo; pero, también, siempre que puedo echó mano de ejemplos puestos por otros.
Éste Tema de "El Ego es como un bote de canicas", no solo no se me ocurrió a mí, sino que fue un gran descubrimiento que iluminó extraordinariamente mi comprensión. Se trata de un ejemplo puesto por un Maestro Gnóstico de la Europa del Este, Boris Muraviov; de la misma Escuela de Oupensky y Gurdjieff.
Boris, posee una trilogía maravillosa, GNOSIS, que todo estudiante de la Rosacruz debería de conocer y en la que, su autor, utiliza muchos e interesantes ejemplos, metáforas y alegorías. Sobre todo, es muy recomendable para aquellos que estén versados en la música y el solfeo. De hecho, si yo mismo no he podido sacar todo el provecho a su literatura es por mi torpísimo conocimiento musical.
Según Muravióv la Personalidad o Ego podríamos compararlo a un gran bote de canicas de colores y en el que hubiese el suficiente espacio para que si lo agitáramos, las canicas tuvieran la posibilidad de moverse un poco; pero, a cuento de qué viene esta ilustración.
Según la Gnósis Cristiana Ortodoxa, aunque los seres humanos parecemos una única cosa indisoluble, esto solo es una mera ilusión; en tanto que, como Organismo complejo, somos una Colonia Celular y en dónde todas y cada una de las células posee su Ánima individual; luego entonces podríamos decir que, a nivel de Ego, fíjate que lo pongo en mayúsculas; es decir de Personalidad, cada Ser Vivo, en nuestro caso cada Ser Humano, vendría a ser como un enorme tarro cargado de diminutas canicas, en donde cada una de las células posee su importante labor; pero que, también tienen su influencia en la construcción de la Personalidad. Pues bien, ese Tarro que es el Ego es la suma de todas sus canicas o egos, fíjate que lo pongo en minúsculas.
Ahora bien, si te fijas en el Tarro, hay unas canicas que son las que más cercanas que se encuentran a su apertura. Digamos que ese reducido grupo de canicas conforman la Élite motora o directora de la Personalidad. No sabemos si están allí, si por casualidad o por alguna Ley desconocida; pero lo cierto es que conforman lo que denominamos como nuestra Personalidad visible, aquello que otros pueden determinar acerca de nosotros. Son los egos líderes del Consejo de egos que gobierna nuestro Organismo, nuestro Ego o Personalidad.
Bien, si me has seguido hasta aquí, te resultará fácil comprender que un tarro que no se mueve por mucho tiempo; es decir, una Personalidad Equilibrada y muy Estable, siempre tendrá los mismos egos liderando la Personalidad; es de ir, las canicas no se moverán de su lugar y entonces hablamos de una Persona equilibrada y estable.
Ahora bien, ¿Qué sucede si por cualquier causa, agitamos fuertemente el tarro de canicas; es decir si la Personalidad sufre un fuerte trauma ya sea social, accidental o de otro tipo? Que las canicas tenderán a mi eres de su sitio y, por lo tanto, a ceder su liderazgo a las canicas adyacentes. Así se pueden entender múltiples desórdenes de la Personalidad como la Esquizofrenia o el Síndrome de Personalidad múltiple; pero también explica ciertos enigmas teológicos como el de los endemoniados.
Cuando tratamos con personas diferentes, de forma inconsciente, mostramos una parte diferente de nuestra Personalidad. Es por decir así que si miramos el tarro de canicas, desde una determinada perspectiva, estaríamos viendo solo una parte de los egos que conforman el Ego. Nuestros hijos no nos ven igual que nuestra esposa, ni nuestros compañeros nos ven del mismo modo que nuestros jefes. Es como si tuviésemos una careta para mostrar en cada ocasióm y, la verdad, es que son muchas más de las que nos podamos imaginar y aunque nosotros no seamos conscientes de ello; es decir, convivimos a diario, en cada instante, con el intercambio de egos de nuestra Personalidad; pero ello no es verdaderamente obvio hasta que se produce algo patológico, ese agitar fuertemente nuestro bote de canicas.
Sí so.os capaces de entender cómo funciona, tanto nuestra Personalidad como las de los demás, también conseguiremos mayor nivel de comprensión y posibilidad de ayudarnos a nosotros mismos y a los demás en los desajustes psicológicos.
Para ajustar una Personalidad desajustada lo primero que debemos de hacer es relajarnos, entrar en un profundo estado de meditación y entablar un diálogo constructivo con los egos que conforman nuestro Órgano director de la Personalidad, con el fin de evitar las tiranteces que existen entre los egos que se resisten para no perder el liderazgo y esos otros que luchan, denodadamente, para conseguirlo. Los egos, si les hablos claro y sosegadamente, entienden la situación a la perfección, regresando la calma a la Personalidad y recobrando su natural equilibrio.
Intentad ese equilibrio mediante el autodiálogo de la meditación y veréis que funciona.
Aralba R+C