"Mantén sano tu Corazón 2"
-Cuando el apego mental nos convierte en presos voluntarios de la Enfermedad-
Estamos hablando de la salud de nuestros corazones y, para ello, comenzamos con la influencia que posee el estado emocional; en tanto que el corazón es el asiento de las emociones. Hablábamos, como medio de cura y prevención, el transformar la Pena en Esperanza, la Tristeza en Alegría; el transmutar las emociones negativas en positivas.
Pudiera parecer que con solo cambiar nuestra actitud está todo arreglado; pero hay que contar con el Estado Mental y su influencia sobre nuestro Corazón. El miedo, surgido de la Mente, provoca ansiedad y la ansiedad es la fuente del stress que está perjudicando al Motor de nuestro Cuerpo. Ese miedo, producto de la Ignorancia, es el fruto de todo Apego, ya sea por cosas materiales, ideas o sentimientos.
El apego de la mente y el sentimiento del miedo están íntimamente vinculados en tanto que el apego es un producto, consciente o inconsciente, de la mente y el apego rezuma de miedo por los cuatro costados. Cuando se tiene miedo de perder a alguna persona querida o a una amada mascota, es consecuencia del apego. Cuando se tiene miedo de que pierda nuestra ideología política en unas elecciones es consecuencia del apego que hemos desarrollado hacia una determinada ideología. Cuando tenemos miedo de perder nuestras posesiones es debido al apego que tenemos por ellas.
En el fondo, el culpable original es la ignorancia, en tanto que se trata del verdadero origen del miedo. Es el origen en tanto que si conociéramos que nuestros seres queridos y nuestra mascota, temporalmente perdidos, se encuentran a salvo y que pronto nos reuniremos con ellos, nos alegraríamos en lugar de entrar en un círculo vicioso de ansiedad, tras su "pérdida" y, por lo tanto, nuestro corazón no sufriría, al menos tanto, por la pena producida por el apego.
Si conociéramos que nuestras más caras posesiones en realidad no valen nada porque, en realidad, nada son salvo ilusiones temporales, tampoco tendríamos ansiedad por su natural deterioro o por su posible pérdida. Las cosas no valen nada en tanto que solo son átomos materiales, reflejo virtual de algo de verdad, que sí existe en el Mundo de las Ideas y que nunca desaparecerá de ese eterno Mundo Espiritual; por cierto, un Mundo al que tú y yo también pertenecemos.
Si conociéramos que todas las ideologías, políticas o religiosas, son estúpidas construcciones humanas sin valor real alguno, no estaríamos preocupados, la forma más habitual de apego, por si sale votado nuestro Partido Político, si nuestra Confesión Religiosa va o no a recibir ciertas subvenciones por parte del Estado, o si nuestros descendiente mantendrán, o no, el fervor hacia nuestras creencias.
Todas las ideologías son constructos humanos vinculados a nuestra virtual imagen espacio-temporal; es decir, no poseen mayor valor que el que nosotros le hayamos concedido. Lo mismo sucede con los dos puntos que ya hemos tocado, el del apego a la Vida, ya sea a la nuestra o a la de nuestros seres queridos y a ese aprecio exagerado por las posesiones materiales.
Debemos convencernos de que el apego es una carga demasiado pesada y de la que, más tarde o temprano, tendremos que desembarazarnos. Si cualquier vida, cosa e idea nos ata a éste Mundo, es manifiestamente imposible el que podamos alzar el vuelo con el fin de regresar a nuestro verdadero Hogar celeste. Y, bueno, lo peor de todo es que el "Apego" es la fuente de la ansiedad que mediante el miedo enferma a nuestro Corazón.
Fíjate si esto es así que para combatir la ansiedad existen unas determinadas pastillas y, sin embargo, ésta es de origen mental.
Por lo tanto, para solucionar éste asunto, sigue el Camino del Desapego que nos propone el Tao. Vive como un mero observador. Como si, en verdad, fueses un mero peregrino que se encontrara de paso y sin deseo alguno de involucrarse en los problemas de los países y personas por donde transcurre tu viaje.
Mira, mi amigo, si los demás dicen que careces de empatía por actuar de dicha guisa, pasa de ellos porque son ignorantes y no saben de qué va la cosa. Nadie tiene derecho a juzgar nuestra vivencia interior; entre otras cosas porque nadie puede conocerla.
Ahora ya conoces dos condiciones inseparables para que tu corazón este sano hasta el día de tu transición (muerte): Transmutar tus emociones de tóxicas en divertidas y educar tu Mente para erradicar la ignorancia que te impide observar que las preocupaciones, el apego, son, no solo innecesarias sino muy peligrosas para conservar nuestra salud, al ser fuente permanente de ansiedad, ataques de pánico y agresiones neurológicas a nuestro Corazón.
Hemos visto como unas emociones y pensamientos descontrolados pueden influenciar negativamente en nuestra salud cardíaca y calidad de vida; pero también influye en nuestro Cuerpo y de ese asunto nos ocuparemos en la siguiente reflexión.
Aralba R+C