"Curando con las manos 5"
-El Proceso de imposición de manos-
A las puertas se encuentra nuestro/a paciente, tomando una infusión de manzanilla, poleo y té verde. Quizá estuviera, también, entretenido leyendo algunas de nuestras revistas sanitarias o de medicina alternativa.
En los días o semanas anteriores tuvimos una pequeña reunión con él/ella, cuando se puso en contacto con nosotros para solicitar nuestra ayuda como sanador auxiliar de los Hermanos Mayores de la Rosacruz. En dicha reunión nos explicó de sus dolencias así como cual era su modo de vida. Le habíamos solicitado que durante unos días, previos al tratamiento, se abstuviera de alcohol, tabaco, drogas, azúcar y harinas refinadas, así como consumo de carne; por el contrario le instamos a que bebiera, al menos, dos litros de agua diarios, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos y otros alimentos ovo-lacteo-vegetarianos, con el fin de depurar su organismo de toxinas por malos hábitos alimenticios.
Ahora tenemos a nuestro paciente esperando a la puerta de nuestra consulta. Amablemente lo invitamos a entrar y a que se desprenda de sus objetos metálicos: Cinturón, monedero, llaves, pulsera, reloj…, y que los coloque sobre la única repisa que hay en la estancia.
Le indicamos que se tumbe boca arriba, con los ojos entornados y relajado, sobre la camilla, en la que habrá una sábana o toalla que, siempre, se cambia después de cada sesión terapéutica y mandada a lavar para poder ser usadas en sesiones posteriores.
Lo primero que realizaremos, tras lavar y secarnos las manos, (también se puede purificar en seco mediante sal en un cuenco o pasando las manos por encima de la llama de una vela) es sellar la puerta de entrada con el Signo de la Cruz (+), mientras murmuramos nuestra Oración Rosacruz, ver lecciones anteriores.
Comenzando desde la cabeza, siempre desde la cabeza hacia los pies, para acabar de nuevo en el mismo lugar, la coronilla. Pasaremos nuestras manos abiertas, dedos unidos, sin tocar el cuerpo, como a unos cinco centímetros, alrededor de su contorno alisando el aura, previo paso al proceso terapéutico en sí. Durante ese alisado del aura del Cuerpo Vital sentiremos aquellos lugares del Cuerpo de nuestro Paciente que nos parezca que vibran de manera inapropiada. Esto, con la práctica, se comprende mejor, dado que se siente desde un breve cosquilleo hasta lacerantes pinchazos, diferencias de temperatura u otras sensaciones sintomáticas.
Una vez finalizado el alisamiento del aura, marcaremos virtualmente, observando la misma distancia, una cruz en cada uno de los vórtices de las siete glándulas endocrinas principales, siempre comenzando desde la coronilla hasta el pubis, mientras susurramos nuestra Oración Rosacruz favorita. También marcaremos la misma cruz en el extremo de las cuatro extremidades del Sujeto.
Comenzamos imponiendo ambas manos, casi pegadas al cuerpo pero sin tocarlo, sobre la coronilla del Paciente y estamos así durante unos tres minutos. Si sentimos que el vórtice de la glándula Pituitaria está activo, gira armónicamente y en el sentido de las agujas del reloj siendo su color dorado, blanco o violeta, pasaremos al siguiente vórtice de la frente; en caso contrario, giraremos nuestras manos en sentido contrario a las agujas del reloj un par de veces, de forma suave para después de forma enérgica hacer el mismo movimiento; pero esta vez en sentido contrario, insistiendo hasta que el torbellino haya recobrado su armónico y equilibrado giro.
Sin realizar movimientos bruscos, de forma contínua, situaremos ambas manos sobre la frente del paciente, a la altura del entrecejo o tercer ojo; donde realizaremos el mismo proceso; pero esta vez con el vórtice energético procedente de la glándula Pineal, recordando que su color característico es el añil. Si su existencia; es decir, desbloqueo, giro y equilibrio son los correctos pasaremos, como anteriormente, al siguiente vórtice situado en la garganta; en caso contrario, repetiremos el equilibrado del torbellino y así procederemos con los cinco vórtices energéticos restantes.
Solo recordar que el vórtice de la garganta corresponde a las glándulas tiroides y paratiroides y que su color característico es el azul clarito. Es importante tener en cuenta que las manos debemos de mantenerlas en los puntos indicados el tiempo que consideremos necesario y, siempre, como mínimo, los tres minutos mencionados.
A continuación realizamos la misma operación sobre el vórtice de la Glándula Timo y que se encuentra a la altura del corazón siendo su color el verde; pero también estará bien si su tono es de un rosa limpio y brillante.
Seguimos bajando hasta el vórtice energético del Plexo Solar, cuya Glándula es el Páncreas y cuyo color es el amarillo, el color de la bilis, parándonos como mínimo, los tres minutos mencionados y realizaremos las maniobras necesarias si hubiese algún bloqueo o desequilibrio antes de pasar, de forma continua y progresiva, al siguiente punto o vórtice.
Llevamos, a continuación, nuestras manos a la altura del ombligo, donde se encuentra el vórtice energético de las gónadas sexuales y procedemos exactamente igual que en los casos anteriores, teniendo en consideración que su color, en estado saludable, es el naranja.
Antes de finalizar el plano anterior de la fisiología de nuestro paciente, acercaremos nuestras manos a la parte púbica, donde se encuentra el torbellino correspondiente a las glándulas suprarrenales y cuyo color, en estado correcto de funcionamiento es el rojo sangre. Procedemos, del mismo modo, a pasar nuestras manos por hombros, codos, muñecas y palmas de las manos así como por las caderas, rodillas, tobillos y empeines de los pies.
Una vez completado éste proceso, amablemente invitamos a nuestro Paciente a darse la vuelta sobre la camilla para situarse boca abajo, dejando la espalda expuesta a nuestro Tratamiento y procederemos, exactamente del mismo modo, usando el mismo procedimiento que realizamos sobre la parte anterior del cuerpo del sujeto y, recordando la importancia de comenzar siempre desde la cabeza, la coronilla, hasta la parte baja de la columna, el coxis; sin olvidarnos de imponer las manos en hombros, codos muñecas y manos así como en glúteos, rodillas, tobillos y plantas de los pies.
Una vez finalizado el tratamiento, estando el paciente boca abajo, volvemos a realizar un alisado del aura del cuerpo vital comenzando de arriba hacia abajo y retornando, de nuevo hacia arriba. Por último volvemos a sellar cada uno de los vórtices con una cruz virtual mientras susurramos nuestra Oración Rosacruz.
Terminada la sesión, que habrá durado una hora aproximadamente, invitamos a nuestro paciente a abrir los ojos y a descansar, despejado, en esa posición durante unos minutos antes de incorporarse y tomar sus metales, mientras nosotros ante la letrina o el lavabo agitamos nuestras manos para soltar las posibles miasmas y nos lavamos éstas con abundante agua y jabón. También podemos usar el cuenco de sal o la llama de la vela.
Despediremos a nuestro Paciente explicándole, con prudencia, como lo encontramos, indicándole que durante los siguientes días mantenga nuestro sistema de higiene y alimentación recomendados, e invitándole a contactar con nosotros para repetir el proceso en los próximos días si ello fuese necesario.
Más adelante, en próximas lecciones, veremos cómo podemos amplificar el poder del Campo Energético Rosacruz mediante la aplicación de luces de colores, aceites esenciales o el uso de las gemas correspondientes a los principales centros energéticos.
Aralba R+C