Es imposible saber cuál es la
penúltima asignatura que tenemos pendiente con la vida; dado que la última, de
forma indiscutible, es el encuentro con el paso fronterizo al que se denomina
como muerte; pero sí puedo decir que después de habernos aplicado en el mundo
de la electrónica y de la fotografía y haber realizado algunas incursiones en
el mundo del misticismo y de la espiritualidad puedo deciros que ya cercano a
los 60 años, andamos a las puertas, hemos decidido retomar uno de nuestros
sueños de la pubertad y adolescencia: tomarnos muy en serio la salud de nuestro
cuerpo y su reconstrucción, dentro de lo posible.
Recuerdo cuando de chaval,
pasados los 17 años, adquiríamos con el dinero de nuestro trabajo, de vez en
cuando, alguna revistilla de físico culturismo y que debíamos de mirar como a
escondidas; dado que por aquella no tan lejana época, aquello era visto como
algo de MARICONES.
Mi tío Blas poseía, en su casa,
un halterio y unas mancuernas realizadas con tuberías metálicas de fontanero,
latas grandes de conservas y rellenas con hormigón. Alguna vez y a escondidas
tratamos de levantar aquel poderoso halterio; pero jamás pude conseguir
levantarlo. Desde aquella lejana época infantil, fue para mí como una especie
de amor secreto que ha venido latente conmigo hasta el día de hoy.
Es cierto que la primera vez que
entré en un gimnasio fue para realizar kárate, en el Gimnasio de Miguel Ángel
Serrano, que fuera campeón de España y excampeón de Europa y que terminara sus
días de forma tan triste tras un accidente automovilístico; pero pronto me di
cuenta que, tras un par de golpes recibidos con una furibunda e inexplicable
rabia, descubrí que lo mío ni era la competición ni la violencia.
Años más tarde, estando casado y
sumido en una de las grandes crisis que ha atenazado a este nuestro País, no nos quedó más remedio que acercarnos al
Mercado de Abastos Merca Madrid, donde estuvimos cargando los camiones y
furgonetas de los fruteros que allí iban a comprar los productos. Mozo de carga
o de cuerda se nos llamaba y así nos tiramos una buena temporada y donde recibí
mi primera e importante lesión en la zona lumbar tras un infortunado accidente.
Aquello nos sirvió para acercarnos a un antiguo Gimnasio de la zona de Villaverde,
Madrid, donde realizar ejercicios de rehabilitación.
Aquello duró hasta que tuvimos,
por motivo de trabajo y dada la lesión que teníamos, que marchar de Madrid
hacia la ciudad de León para trabajar como oficinista e informático primero y
compatibilizándolo con las ventas después. Allí entré en contacto con un
moderno gimnasio de Fitness que no se encontraba demasiado alejado de mi lugar
de trabajo y allí estuve entrenando hasta que mi Tío, el Director de la
Empresa, decidió que tenía que enviarme al Pueblo de Ponferrada para coordinar
el Sistema Informático de la Delegación que allí se abrió.
Hasta la época en que viajé a
León para tomar un trabajo sedentario mi estructura corporal había sido
delgada. De hecho era tan delgado que cuando me casé, con 23 años, con 170cm de
estatura, solo pesaba 59Kg. Estando trabajando en Merca Madrid jamás pasé de
los 70 Kilos; pero al cambiar mi ajetreada y física actividad hacia otra más
liviana, nos cambió el metabolismo y empecé a engordar.
El culmen de todo ello lo alcancé
hace poco más de un año, tras habernos quedado sin trabajo y haber fallecido
nuestra madre. Sólo, entré en un estado pre depresivo y por el que retomé algún
vicio como el tabaco que junto a la inactividad y un sobrepeso que me llevó a los 94 kilos, propició que empezara a notar
los síntomas de una frágil circulación de la sangre, picores y arañas
vasculares, en las extremidades inferiores. Me entró miedo, mucho miedo os lo puedo
asegurar.
De golpe, sin venir a cuento, me
vino a la cabeza ese amor no completado de la infancia donde veía esas revista
de culturismo con cierta envidia y decidí levantarme del sillón, abandonar todo
tipo de vicios, y buscar en Internet algún lugar donde formarme, no un Gimnasio
de low cost, donde apenas hay monitores y si los hay no sabes bien la formación
que pueden tener; sino un Curso, una Carrera, algo con lo que poder formarme yo
y convertirme en mi propio Monitor, en mi propio Formador.
Y en esa historia andamos
inmersos, preparándome, con 90 kilos, como monitor de musculación y entrenador personal con
conocimientos de nutrición deportiva.
No os hagáis ilusiones que acabo de comenzar como aquel que dice y mis sesiones de trabajo de fuerza las realizo en casa con mi halterio, tres juegos de mancuernas, tensores de goma y antiguos artilugios de probada eficacia.
Adjunto os pongo algunos de los juguetitos con los que machacamos nuestros ya ancianos y maltrechos músculos. Espero que disfrutéis con estas humildes aportaciones y si podéis sacar algo en claro que os ayude a mejorar vuestra forma física, mejor que mejor.
No os hagáis ilusiones que acabo de comenzar como aquel que dice y mis sesiones de trabajo de fuerza las realizo en casa con mi halterio, tres juegos de mancuernas, tensores de goma y antiguos artilugios de probada eficacia.
Adjunto os pongo algunos de los juguetitos con los que machacamos nuestros ya ancianos y maltrechos músculos. Espero que disfrutéis con estas humildes aportaciones y si podéis sacar algo en claro que os ayude a mejorar vuestra forma física, mejor que mejor.
Desde aquí, hasta que nos
encontremos verdaderamente formados para ayudar a otros, intentaré mostraros
algunos consejos y sugerencia para motivaros y convertiros en los propios
arquitectos de vuestro propio Cuerpo, al menos hasta que yo me haya convertido
en un Entrenador cualificado y queráis contratar mis servicios.
Quiero que sepáis que no he
escatimado en gastos y la Formación la estamos tomando de uno de los centros de
Fitness más importantes de Madrid y de la mano de uno de los grandes, el
Campeón de Madrid.
Aralba