Según la Ley de la
Conservación de la Energía, ésta ni se crea ni se destruye, tan solo se
transforma.
Otra cosa que debemos
tener en consideración antes de intentar responder a dicha pregunta es que todo
nosotros estamos constituidos de mente; es decir, la mente no reside solo en
nuestro cerebro sino que se encuentra repartida entre todas las células de nuestro
Cuerpo.
Dicho lo anterior, hagamos
lo que hagamos para conseguir vernos mejor, debemos contar con la premisa de
que nuestro Cuerpo intentará, por todos los medios, mantenerse en equilibrio y
no perder la energía que posee acumulada, en forma de grasa, en los adipocitos.
Existe un hombre viejo, la
grasa, que debe dar lugar a un hombre nuevo, la musculatura; es decir, a pesar
de que la transformación de la grasa en músculo es algo del todo imposible, sí
es cierto que se puede ir creando músculo, mediante el metabolismo, gracias a
la energía acumulada en los adipocitos y que conforman, a primera vista, lo que
se denomina como piel de naranja o celulitis.
Por lo tanto, algo natural
y contra lo que no se opondrá nuestro cuerpo, es a transformar nuestros depósitos
de energía en fibra muscular necesaria para nuestra supervivencia. Eso viene
programado así en nuestros genes.
Todo el mundo debería
saber, además, que la fibra muscular es mucho más pesada, tratando de volumen,
que la materia grasa acumulada; es decir1cm3 de músculo pesa mucho más que 1cm3
de grasa; lo que nos lleva a la contestación de la pregunta de ésta reflexión.
Sí, si es posible
adelgazar, disminuir nuestro volumen corporal, sin apenas modificar nuestro
peso corporal; es decir pesando lo mismo; pero además se trataría de algo
natural y contra lo que nuestro cuerpo no luchará pues se mantiene el
equilibrio básico y metabólico entre nuestra masa corporal y la energía
acumulada.
Con dicho fin, debemos
aumentar nuestro metabolismo dejando la vida pasiva y estática por otra mucho
más activa y dinámica; dicho de otro modo, deberemos abandonar nuestros hábitos
actuales de inactividad, levantarnos del sillón y ponernos a andar y ejercitar
con pesas.
Solo de ese modo, se
estará retando al Cuerpo a crear músculo para poder soportar las cargas y retos
que le pongamos delante. Es algo así como los callos que crecen en alguna parte
del cuerpo para endurecer la piel y permitir un duro trabajo determinado.
Entonces el metabolismo
corporal hará uso de la parte anabólica que transformará los nutrientes de los
adipocitos en energía y éste, durante el descanso, apoyado por una buena y sana
alimentación, fortalecerá en todos los casos y engrosará, en el caso de los
varones, los músculos que estén siendo ejercitados.
Al ir desapareciendo el
contenido adiposo, no los adipocitos que solo podrían ser extirpados mediante
cirugía, conseguimos dos cosas de forma simultánea: que el volumen corporal
disminuya y el tono muscular aumente, pues se está intercambiando grasa por masa
muscular, dando lugar a las formas redondeadas, sanas y estilizadas que una
buena musculatura supone.
En la actualidad, los
cientos de métodos de adelgazamiento existentes, independientemente de su
efectividad o no, van dirigidos al exterminio, la eliminación de ese hombre
viejo del que hablábamos, del tejido adiposo; pero sin considerar que eso
debería ser un proceso de sustitución lento y progresivo y ¿qué se consigue con
ello?
Fundamentalmente
despistar, de forma momentánea, a la inteligencia natural de nuestro organismo
y forzarlo a hacer lo que nosotros queremos que haga, la eliminación de la
grasa; pero ¿a costa de qué?
Provocar desajustes tanto
orgánicos como hormonales y que nuestro cuerpo detectará como un desequilibrio
que deberá de arreglar, ajustar, equilibrar.
Ese es el principal motivo
del por qué los métodos de adelgazamiento suelen ser temporales, pues el
Organismo busca el equilibrio y lo intenta reponiendo aquello que, de forma
forzada, hemos hecho que elimine, la grasa y dado que las células contenedoras,
los adipocitos se encuentran intactos, inmediatamente comienza su proceso de
rellenado.
Porque el adelgazar no es
solo una cuestión de perder peso y volumen sino también de cambiar nuestros
hábitos de vida.
De nada sirve eliminar la
grasa si vamos a seguir sumidos en la inactividad. Nuestro organismo está
construido para mantenernos alertas y en activo.
Por ello, yo, desde aquí,
te lanzo el reto de que te pongas en marcha para adelgazar tu volumen sin
apenas perder peso y de una forma paciente y progresiva.
Porque está demostrado que
los cambios bruscos en nuestro Organismo provocan disfunciones hormonales y un
progresivo deterioro orgánico y en muchos casos irreversible. Lo que se ha
venido deteriorando durante muchos años de una vida desorganizada y sin control
no se puede arreglar en seis meses de dieta y actividad forzada.
En tus manos está tomar la
vía lenta que te conduzca hacia el longevo y feliz hombre o mujer nuevos, o a
esa otra rápida que te condena a la ilusión de un hombre o mujer nuevos; pero cargados
de achaques, depresiones e infelicidad.
Aralba