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martes, 28 de febrero de 2017

Adelgazar sin perder peso ¿es posible?


Según la Ley de la Conservación de la Energía, ésta ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma.

Otra cosa que debemos tener en consideración antes de intentar responder a dicha pregunta es que todo nosotros estamos constituidos de mente; es decir, la mente no reside solo en nuestro cerebro sino que se encuentra repartida entre todas las células de nuestro Cuerpo.

Dicho lo anterior, hagamos lo que hagamos para conseguir vernos mejor, debemos contar con la premisa de que nuestro Cuerpo intentará, por todos los medios, mantenerse en equilibrio y no perder la energía que posee acumulada, en forma de grasa, en los adipocitos.

Existe un hombre viejo, la grasa, que debe dar lugar a un hombre nuevo, la musculatura; es decir, a pesar de que la transformación de la grasa en músculo es algo del todo imposible, sí es cierto que se puede ir creando músculo, mediante el metabolismo, gracias a la energía acumulada en los adipocitos y que conforman, a primera vista, lo que se denomina como piel de naranja o celulitis.

Por lo tanto, algo natural y contra lo que no se opondrá nuestro cuerpo, es a transformar nuestros depósitos de energía en fibra muscular necesaria para nuestra supervivencia. Eso viene programado así en nuestros genes.

Todo el mundo debería saber, además, que la fibra muscular es mucho más pesada, tratando de volumen, que la materia grasa acumulada; es decir1cm3 de músculo pesa mucho más que 1cm3 de grasa; lo que nos lleva a la contestación de la pregunta de ésta reflexión.

Sí, si es posible adelgazar, disminuir nuestro volumen corporal, sin apenas modificar nuestro peso corporal; es decir pesando lo mismo; pero además se trataría de algo natural y contra lo que nuestro cuerpo no luchará pues se mantiene el equilibrio básico y metabólico entre nuestra masa corporal y la energía acumulada.

Con dicho fin, debemos aumentar nuestro metabolismo dejando la vida pasiva y estática por otra mucho más activa y dinámica; dicho de otro modo, deberemos abandonar nuestros hábitos actuales de inactividad, levantarnos del sillón y ponernos a andar y ejercitar con pesas.

Solo de ese modo, se estará retando al Cuerpo a crear músculo para poder soportar las cargas y retos que le pongamos delante. Es algo así como los callos que crecen en alguna parte del cuerpo para endurecer la piel y permitir un duro trabajo determinado.

Entonces el metabolismo corporal hará uso de la parte anabólica que transformará los nutrientes de los adipocitos en energía y éste, durante el descanso, apoyado por una buena y sana alimentación, fortalecerá en todos los casos y engrosará, en el caso de los varones, los músculos que estén siendo ejercitados.

Al ir desapareciendo el contenido adiposo, no los adipocitos que solo podrían ser extirpados mediante cirugía, conseguimos dos cosas de forma simultánea: que el volumen corporal disminuya y el tono muscular aumente, pues se está intercambiando grasa por masa muscular, dando lugar a las formas redondeadas, sanas y estilizadas que una buena musculatura supone.

En la actualidad, los cientos de métodos de adelgazamiento existentes, independientemente de su efectividad o no, van dirigidos al exterminio, la eliminación de ese hombre viejo del que hablábamos, del tejido adiposo; pero sin considerar que eso debería ser un proceso de sustitución lento y progresivo y ¿qué se consigue con ello?

Fundamentalmente despistar, de forma momentánea, a la inteligencia natural de nuestro organismo y forzarlo a hacer lo que nosotros queremos que haga, la eliminación de la grasa; pero ¿a costa de qué?

Provocar desajustes tanto orgánicos como hormonales y que nuestro cuerpo detectará como un desequilibrio que deberá de arreglar, ajustar, equilibrar.

Ese es el principal motivo del por qué los métodos de adelgazamiento suelen ser temporales, pues el Organismo busca el equilibrio y lo intenta reponiendo aquello que, de forma forzada, hemos hecho que elimine, la grasa y dado que las células contenedoras, los adipocitos se encuentran intactos, inmediatamente comienza su proceso de rellenado.

Porque el adelgazar no es solo una cuestión de perder peso y volumen sino también de cambiar nuestros hábitos de vida.

De nada sirve eliminar la grasa si vamos a seguir sumidos en la inactividad. Nuestro organismo está construido para mantenernos alertas y en activo.

Por ello, yo, desde aquí, te lanzo el reto de que te pongas en marcha para adelgazar tu volumen sin apenas perder peso y de una forma paciente y progresiva.

Porque está demostrado que los cambios bruscos en nuestro Organismo provocan disfunciones hormonales y un progresivo deterioro orgánico y en muchos casos irreversible. Lo que se ha venido deteriorando durante muchos años de una vida desorganizada y sin control no se puede arreglar en seis meses de dieta y actividad forzada.

En tus manos está tomar la vía lenta que te conduzca hacia el longevo y feliz hombre o mujer nuevos, o a esa otra rápida que te condena a la ilusión de un hombre o mujer nuevos; pero cargados de achaques, depresiones e infelicidad.


Aralba