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viernes, 3 de marzo de 2017

Reivindicación del Término Culturismo




Hoy se habla mucho de body building o musculación; pero la palabra original, Culturismo, parece estar relegada al desuso. ¿Por qué?

Suele suceder a menudo que palabras de uso corriente terminan sonando mal o identificadas con algo políticamente incorrecto; pero me temo que en esta ocasión se trata más de colonialismo anglosajón con el Término Body Building, o tal vez no del todo.

El Culturismo, en su origen, suponía no solo una construcción corporal sino también moral e intelectual. Se trataba de conseguir al hombre perfecto, renacentista, en todas las facetas de la vida. El Culturista no solo tenía que poseer un cuerpo apolíneo y capacidad atlética sino ser, además, un caballero culto, instruido y moralmente impecable.

Desde luego, el término Culturismo posee un significado mucho más amplio que musculación o body builder. Se puede ser un perfecto monitor de musculación o poseer un cuerpo simplemente perfecto; pero si solo se tiene eso, no se es un Culturista verdadero.

Hoy en día se relaciona al Culturismo con el doping y drogas hormonales de todo tipo; pero es absolutamente falso que esto siempre fuese así.

Es cierto que la mayoría de los primeros culturistas o eran médicos o gente relacionada, de un modo u otro, con la salud y la nutrición.

Los suplementos alimenticios y nutricionales son consustanciales con el Culturismo original; pero nada que ver con el doping de esteroides, anabolizantes, insulina y hormona del crecimiento que se extendió como la pólvora a partir de la mal llamada Edad de Oro del Culturismo y que fuera propiciada por los hermanos Weider y de los que formaron parte de ella, entre otros muchos, Arnold Swarzeneger o Lou Ferrigno.

Tan solo hay que comprobar los cuerpos musculados de los culturistas que competían por el Mr. Universo, anteriores a esa supuesta Edad de Oro que inauguró las primeras competiciones del Mr. Olympia y cuya Federación siempre estaría en manos de los Weider y de sus empresas.


En la actualidad, el Body Building, heredero de las técnicas Weider, no me preguntéis el por qué, busca cuerpos voluminosos, ultra musculados y con una definición y vascularización que ralla con lo monstruoso, no natural e inhumano, nada que ver con los cuerpos tonificados de aquellos culturistas de antaño que nos interpretaron, en el celuloide, tanto a Tarzan de los monos como, en los peplums, a los antiguos héroes griegos.

Por lo tanto, de forma particular, deseo recobrar para mi Blog el término Culturismo y Culturista, por encima de los de Body Building y Body Builder; dado que entiendo que nos solo es la palabra original que denominaba a la práctica deportiva del levantamiento de pesas y la posterior exhibición de aquellos cuerpos casi perfectos, no por narcisismo sino como medio de publicitación de la Disciplina, sino también porque no me identifico con las modificaciones impuestas por Weider y los suyos, que muy a pesar de lo que hicieron por la popularización de los gimnasios de pesas y la ingesta de positivos suplementos nutricionales, no solo no impidieron sino que promovieron algo tan insalubre como es el consumo de sustancias peligrosas para la salud.

Evidentemente no se puede expedir un diploma de monitor en Culturismo, dada la amplitud del significado del término, y esa es la gran diferencia existente con el Body Building o musculación y por lo que yo reivindico la palabra Culturismo como la designación de algo, no solo inocuo, sino también muy beneficioso para la salud integral; no solo personal, sino también de la propia Especie Humana.

Todos los deportes, incluidos el atletismo y la propia gimnasia se han beneficiado de los entrenamientos de musculación generados en el ámbito del Culturismo.


Aralba