Hoy se habla mucho de body
building o musculación; pero la palabra original, Culturismo, parece estar
relegada al desuso. ¿Por qué?
Suele suceder a menudo que
palabras de uso corriente terminan sonando mal o identificadas con algo
políticamente incorrecto; pero me temo que en esta ocasión se trata más de
colonialismo anglosajón con el Término Body Building, o tal vez no del todo.
El Culturismo, en su
origen, suponía no solo una construcción corporal sino también moral e
intelectual. Se trataba de conseguir al hombre perfecto, renacentista, en todas las facetas de
la vida. El Culturista no solo tenía que poseer un cuerpo apolíneo y capacidad
atlética sino ser, además, un caballero culto, instruido y moralmente impecable.
Desde luego, el término
Culturismo posee un significado mucho más amplio que musculación o body
builder. Se puede ser un perfecto monitor de musculación o poseer un cuerpo
simplemente perfecto; pero si solo se tiene eso, no se es un Culturista
verdadero.
Hoy en día se relaciona al
Culturismo con el doping y drogas hormonales de todo tipo; pero es
absolutamente falso que esto siempre fuese así.
Es cierto que la mayoría
de los primeros culturistas o eran médicos o gente relacionada, de un modo u
otro, con la salud y la nutrición.
Los suplementos
alimenticios y nutricionales son consustanciales con el Culturismo original;
pero nada que ver con el doping de esteroides, anabolizantes, insulina y hormona
del crecimiento que se extendió como la pólvora a partir de la mal llamada Edad
de Oro del Culturismo y que fuera propiciada por los hermanos Weider y de los
que formaron parte de ella, entre otros muchos, Arnold Swarzeneger o Lou Ferrigno.
Tan solo hay que comprobar
los cuerpos musculados de los culturistas que competían por el Mr. Universo,
anteriores a esa supuesta Edad de Oro que inauguró las primeras
competiciones del Mr. Olympia y cuya Federación siempre estaría en manos de los Weider y de sus empresas.
En la actualidad, el Body
Building, heredero de las técnicas Weider, no me preguntéis el por qué, busca cuerpos voluminosos, ultra
musculados y con una definición y vascularización que ralla con lo monstruoso,
no natural e inhumano, nada que ver con los cuerpos tonificados de aquellos
culturistas de antaño que nos interpretaron, en el celuloide, tanto a Tarzan de
los monos como, en los peplums, a los antiguos héroes griegos.
Por lo tanto, de forma
particular, deseo recobrar para mi Blog el término Culturismo y Culturista, por encima de
los de Body Building y Body Builder; dado que entiendo que nos solo es la
palabra original que denominaba a la práctica deportiva del levantamiento de
pesas y la posterior exhibición de aquellos cuerpos casi perfectos, no por
narcisismo sino como medio de publicitación de la Disciplina, sino también
porque no me identifico con las modificaciones impuestas por Weider y los
suyos, que muy a pesar de lo que hicieron por la popularización de los gimnasios de
pesas y la ingesta de positivos suplementos nutricionales, no solo no
impidieron sino que promovieron algo tan insalubre como es el consumo de sustancias
peligrosas para la salud.
Evidentemente no se puede
expedir un diploma de monitor en Culturismo, dada la amplitud del significado
del término, y esa es la gran diferencia existente con el Body Building o
musculación y por lo que yo reivindico la palabra Culturismo como la
designación de algo, no solo inocuo, sino también muy beneficioso para la salud integral; no solo personal, sino también de la propia Especie Humana.
Todos los deportes,
incluidos el atletismo y la propia gimnasia se han beneficiado de los
entrenamientos de musculación generados en el ámbito del Culturismo.
Aralba