"En busca de Mr Hyde"
-O la profunda verdad de que no hay enemigo chico-
Robert Louis Stevenson, en 1886 público "El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde", Obra inspirada en el trastorno psiquiátrico conocido como "Disociativo de la Personalidad" o de Personalidad múltiple.
Evidentemente se trata de un Cuento fantástico y donde las libertades literarias son múltiples, como que esa disociación de la Personalidad, a nivel mental o psicológico, también transformaba, de forma relevante, el aspecto físico del Doctor Jekyll. Esta idea ha sido, a partir de su publicación, explotada hasta la saciedad, tanto en el mundo de la literatura como en el cinematográfico y en los cómics, siendo su exponente más exagerado, no el único, "El Increíble Hulk", el Hyde o contraparte del Científico Bruce Banner.
Existe un dicho muy antiguo que dice "Fíate de la Virgen y no corras", haciendo alusión al menosprecio que solemos tener los seres humanos acerca de nuestros prójimos más débiles y, supuestamente, indefensos. No se debe, en modo alguno, infravalorar a nadie en tanto que la Persona que vemos es sólo una mera apariencia que esconde, seguro, muchas sorpresas.
En demasiadas ocasiones un simplón padre de familia de apariencia anodina y humilde escondía dentro de sí a un terrible, minucioso, cruel y sistemático asesino en serie. ¿Cuántas veces habrá sucedido que tras un simple accidente de tráfico, el aguerrido y musculoso afectado ha salido furioso de su automóvil dispuesto a agredir a ese infame debilucho que le ha dañado su Auto y, como resultado, ha recibido, a bocajarro, un disparo de pistola que lo ha llevado a la Morgue?
Bien, esto ya lo hemos hablado, en numerosas ocasiones, en éste estrado. Es imposible que podamos conocer a alguien en tanto que, ninguno, somos capaces de conocernos, por completo, a nosotros mismos. Es cierto que podemos conocer muy bien ciertas partes de nuestra Personalidad como el niño que fuimos en el colegio, el Hombre que somos para nuestra Esposa, el Padre que somos para nuestros hijos o el Empleado que somos para nuestros jefes y poco más. No sabemos cómo podríamos reaccionar ante una agresión como un atraco a mano armada o ante cualquier incidente inesperado como un incendio o ante una persona que estuviera a punto de ahogarse.
Se conocen actos heróicos e increíbles realizados por personas que ellos mismos, tras el incidente, quedaron sorprendidos de su reacción. Jamás pensaron que podrían reaccionar de tal modo ante un acontecimiento semejante. Basados en esa premisa de sacar fuerza donde pareciera no haberla es de donde se han nutrido muchos guionistas de super héroes. Esa madre, enclencle, capaz de levantar un auto incendiado para rescatar a su hija de una muerte segura o de aquel otro que, sin pensarlo dos veces, se lanzó por un acantilado para salvar a alguien que se estaba ahogando, o aquel viandante que tras oír gritos de socorro, sin atender a los bomberos, penetró en una casa incendiada para rescatar a un niño, su madre y su perro.
No, no somos capaces de conocernos del todo porque ante cada situación sale a relucir una parte diferente de nosotros. Una parte que, dependiendo del suceso, nos puede ser conocida o desconocida. Así, los seres humanos somos capaces de las mayores proezas o vilezas de la peor ruindad posible. Así, ese Hombre que salvó a esa madre y su hijo, quizá, en lo más íntimo, esconde una doble personalidad como psicópata o violador. Un psicópata y un violador que aún no han salido a la luz porque no se han dado las condiciones apropiadas. No, nadie podemos conocer a nadie, en tanto que es imposible que podamos conocernos, totalmente, a nosotros mismos.
Hombre, prepárate para poder sorprenderte en cualquier instante. Quizá escondas a un cobarde ante las mujeres o a un intrépido imprudente cuando la gente te esté mirando. El caso es que jamás conocerás que eres ésta o esa otra persona en tanto que no se produzcan las condiciones apropiadas. De hecho no sabes si actuarías de un modo determinado en todas las circunstancias posibles. Quizá alterando uno solo de los factores, ser de día o de noche por ejemplo, tu reacción podría ser muy diferente.
Todo Héroe esconde a un Villano y viceversa. Posiblemente nunca lo sepamos si la vida no es lo sufientemente larga como para que en algún instante se produzca la concatenación de circunstancias necesarias para que ese Mr Hyde o Hulk salgan a la luz. Mientras tanto, nos quedan los guionistas que intentarán colocar a sus personajes ante las situaciones más variopintas y mostrar sus reacciones. Reacciones que, en cierto modo, son producto de la imaginación del guionista acerca de cómo reaccionarían ellos mismos ante determinadas circunstancias, de poseer los poderes de sus super héroes.
Todo lo expuesto es la prueba más palpable de que los seres humanos no somos unidades monolíticas sino que conformamos una suerte de colonia donde conviven indeterminados yoes, de los cuales solo conocemos a unos pocos que intentan funcionar como una única individualidad, aunque muy pocas veces lo consiguen. De ahí, el aspecto, muchas veces contradictorio y titubeante que tenemos los seres humanos. Una parte de nosotros desea ciertas cosas, otra otras muy diferentes y otras nos dice, sé prudente y no lo hagas o te saldrá mal.
No se trata de que tengamos un angelito diciéndonos una cosa y un demoniejo diciéndonos la contraria. No se trata de que dentro nuestro convivan una legión de demonios en la que cada uno tira para un lado diferente. No somos Bruce Banner que se transforma en Hulk ni el Doctor Jekyll en Mister Hyde, tan solo somos un Colectivo que intenta funcionar como una Unidad. Como un arrecife de Coral con la capacidad de andar sobre la tierra y de construir naves espaciales. Como un hormiguero o una colmena condensados en un cuerpo monolítico y donde, en general, se hace lo que manda la Reina; pero ¿Que sucede cuando en el hormiguero o la colmena nacen dos o más reinas? Ya tenemos el lío montado.
La Personalidad parece ser un único Yo por una cuestión de mera disciplina, en donde todos los componentes de su jerarquía piramidal, los yoes, funcionan de forma sincronizada en la consecución de un único objetivo. Mientras antes entendamos todos que esto es así, menos sufriremos ante los extraños sucesos de la Personalidad que no comprendemos. ¿Por qué soy así si yo deseo, en realidad, ser de un modo distinto?, ¿Por qué hago esto que no quiero y no aquello que sí quiero?, ¿Por qué me meto en líos que no busco? Porque quienes se realizan tales cuestiones son egos de la Personalidad diferentes a esos otros que sí desean aquello que les sucede.
Recuerda que tu Cuerpo está constituido por una Comunidad increíble constituida de millones de células y en las que cada cual son una individualidad con su alma y su personalidad propias que trabajan unidas para mostrarnos ante el Mundo como el Ser Humano que podemos ver en el espejo; pero ese Ser aparente es un colectivo que trabaja para que el Ser real, el verdadero, el espiritual, pueda adquirir sus experiencias en éste Plano de existencia. Conciénciate de que debes de trabajar por el bien del Colectivo porque tu vida no te pertenece a ti, sino a Cristo, el Señor que mora en ti y ese sí es Uno. Uno que vive en toda la Creación.
Aralba R+C