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domingo, 28 de noviembre de 2021

26 Lección, Segundo Grado, Segunda Orden

 "Sencillo Ritual de autosanación mística"


-Útil en caso de emergencias santarias-


La sencillísima experiencia que os vamos a mostrar, a continuación, también podría ser utilizada con terceros mediante la técnica de la hipnosis o sugestión, mediante un proceso de meditación inducida. Entendemos que un Estudiante de éste Grado, "Adepto Mayor", posee la formación y experiencia necesaria para poder llevarlo, en la mayoría de las ocasiones, a buen puerto.


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Debemos de encontrarnos muy relajados, preferiblemente acostados y con los ojos cerrados, siendo conscientes de la zona que nos produce molestia o dolor...


En esta situación concentraremos nuestra mente, de tal modo que atraigamos hacia nuestra cabeza un torbellino de Energía luminosa procedente del Campo de Sanación Chrístico.


Esa Energía, una vez en nuestro poder, la concentraremos en una diminuta singularidad que usaremos a modo de puntero láser virtual.


A continuación llevamos ese punto coherente de extrema luminosidad hacia la zona del Cuerpo donde se sienta la molestia... 


Siendo plenamente conscientes de la capacidad curativa de nuestro instrumento mental procederemos a dibujar una red miceliar de fuerza antibiótica, a modo de tela de araña sobre la zona...


Podemos proceder, tanto desde el centro hacia la periferia como desde la periferia hacia el centro, teniendo cuidado de no dejar ninguna parte o hueco sin cubrir. Visualizaremos el proceso de modo tridimensional, encapsulando el problema en una suerte de capullo luminoso y tantas veces como consideremos necesario…


Mientras realizamos el proceso observamos como la zona dolorida va siendo envuelta por una suerte de venda virtual que delimita la zona del resto de nuestro Organismo. Conforme vamos creando esa suerte de capullo virtual, sentimos que el dolor va desapareciendo de forma paulatina…


Tras un proceso repetido de varios pases consecutivos y en el que no hemos dejado ningún resquicio de conexión del interior de la zona con el exterior, procederemos a visualizar como ese capullo que hemos vendado, con la red miceliar de energía luminosa sanadora, se va haciendo más y más pequeño, quedando cada vez más diminuta y aislada la zona donde estamos sintiendo la molestia…


Tras un proceso de varias sesiones consecutivas, la mejoría debería de ser tan evidente que el dolor, en un proceso de disminución progresivo, termina por desaparecer…


...


Cuando sintamos una importante mejoría o un cese definitivo del dolor y de las molestias procederemos a retirar nuestro instrumento curativo y replegarlo hasta nuestra cabeza, retransmitirenos el resto de la fuerza sanadora hacia el exterior, a través de nuestro entrecejo canalizándolo hacia nuestro habitual símbolo Rosacruz de sanación…


Progresivamente iremos notando como el torbellino de luz sobre nuestra cabeza se va atenuando hasta desaparecer por completo y como, del mismo modo, nuestro haz luminoso emitido va desapareciendo y dejàndonos una sensación de plena paz y bienestar.


Podemos acabar, si se desea, dando gracias a Dios, mediante una breve oración dirigida a Christos, nuestro Maestro Interior, por permitirnos utilizar la fuerza Chrística para su mayor honra y gloria.


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No obstante, en cuanto se pueda deberemos de acudir a nuestro Médico de Cabecera o al Servicio de Urgencias más cercano. Quizá, podríamos llevarnos una agradable sorpresa.


Esta es una técnica creada por nosotros hace ya muchos años y puedo dar fe, por experiencia propia, que funciona. No obstante es importante utilizar un gran poder de convicción o Fe para que llegue a ser realmente efectivo, tanto sobre nosotros mismos como sobre otra persona y en la que estuviésemos induciendo, mediante hipnosis, ésta herramienta de Sanación.


En la mayoría de las ocasiones, tras la aplicación de ésta técnica, se produce una breve mejoría en la sensación del dolor; pero que debe de tratarse, lo antes posible, mediante los medios médicos convencionales. Sin embargo, en otros casos, sobre todo cuando se trata de algún problema psicosomático, la mejoría llega a ser completa y termina acabando, de forma definitiva, tanto con las molestias como con el problema.


Esto es un acto de Fe y jamás debería de utilizarse para sanar a terceros a cambio de alguna compensación económica, pues de proceder de tal modo, acarrearíamos tanto sobre nosotros como sobre nuestro paciente consecuencias imprevisibles.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C