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lunes, 16 de enero de 2023

72 Lección, Sexto Grado, Segunda Orden

 "Meditación Terapeútica*


-El Poder sanador de la Mente-


Introducción:


Antes de comenzar con éste Trabajo debemos de aclarar algunos de los conceptos que vamos a utilizar, con el fin de que nuestros sufridos lectores no caigan en las trampas del equívoco y de la mala interpretación.


Dios, Cristo, el Señor, el Ser Interno, el Maestro Interior, el Yo Superior, la Conciencia, la Mente Cósmica; todo ello, son expresiones que matizan diferentes aspectos de una única misma Cosa, el Todo, el Uno, el Pleroma o Incognoscible de los Gnósticos.


La Meditación, dentro del Colegio Invisible de la Rosacruz, es una Palabra genérica que incluye: la Visualización, la Concentración, la Introspección, la Oración (alabanza o devoción, petición y agradecimiento); así como la Contemplación. Todas ellas, técnicas que surgirán, con el tiempo, de un modo espontáneo cuando sean necesarias o requeridas.


La postura recomendada, por la Tradición Occidental, para meditar es: sentado en una silla que nos permita mantener la espalda recta. 


Mantendremos los talones unidos, puntas de los pies separadas, manos boca abajo sobre las rodillas con la barbilla y frente elevada si lo que pretendemos es transmitir energía y en el proceso de Concentración. Por el contrario, la posición de pies separados, manos boca arriba sobre las rodillas, frente y barbilla elevados se utilizará para recibir energía y en la Contemplación. 


La posición de pies juntos y manos unidas, en posición de rezo, con la barbilla inclinada se utilizarán en el caso de la Oración (devoción, solicitud y agradecimiento), siendo una postura que representa la sumisión consciente de la Personalidad humana a Cristo su Señor.


La Meditación Terapéutica se usa, no solo para la autosanación de las propias dolencias; sino también para sanar a otras personas, independientemente de que se encuentren a nuestro lado o muy lejos de nosotros; dicho de otro modo, se puede utilizar como método de curación a distancia tanto de personas o animales y plantas, como de grupos sociales, mandatarios y espacios geográficos, biológicos o geológicos.


El Proceso en sí:


Siempre para principiantes, indefectiblemente, la Meditación comenzará con una minuciosa relajación del Cuerpo, de las emociones y de la Mente para pasar, con posterioridad, al tipo o tipos de Meditación que requiera nuestra intención terapeútica.


Así, con el fin de relajarnos, nos concentraremos en sucesivas partes de nuestra fisiología, comenzando por la punta de los dedos, los empeines y talones, transmitiéndoles una potente orden mental de relajación, como si nuestra mente, al completo, se encontrase en dicho lugar; es decir, dejar de percibir el entorno. Así la propia Mente, va dejando de percibir los diferentes órganos y tejidos. Este proceso, minucioso, acaba en el rostro, las mejillas, mandíbula, párpados, orejas y músculos del cráneo, sin olvidarnos de que debemos de pasar por los diferentes órganos del tronco y de las extremidades superiores. Solo, con el músculo del Corazón, no utilizaremos una orden de relajación tan profunda sino que, con la ayuda de una respiración suave, siempre por la nariz, y sincronizada, ayudaremos a que sus latidos sean armoniosos y acompasados o rítmicos.


Pasado ese proceso de relajación, en el que no deberíamos de sentir ninguna parte de nuestro Cuerpo, pasamos a un proceso de espera, Contemplación o Meditación propiamente dicha, donde se intentará, en lo posible, mantener la mente en blanco a la espera de la Inspiración. Por regla general, es prácticamente imposible acallar el ruido de la mente y, éste, se contemplará como imágenes caóticas, primero, observadas en una pantalla blanca y, con el tiempo y la experiencia, esas imágenes irán tomando formas concretas y reconocibles en las que podremos observar los mensajes transmitidos por el Maestro Interno y que, en ese instante necesitemos.


Tras ese proceso, vamos a denominarlo, como de recarga espiritual, pasaremos a visualizar el Problema que deseamos remediar. Como dijimos, éste puede ser interno, en caso de alguna dolencia personal, o externo si lo que pretendemos es sanar a personas externas que, esto es muy importante, previamente han solicitado nuestra ayuda esotérica, o situaciones conflictivas en diferentes partes del Mundo.


Esa visualización, como es natural, de nuevo, requiere un proceso de concentración y visualización del Órgano o tejidos enfermos, no se trata de un simple y mero deseo. 


A continuación, con nuestra Mente, transmitiremos señales luminosas coloreadas a la parte o partes enfermas: Si a la altura de la entrepierna, un rojo intenso, a la del ombligo naranja y en el Plexo Solar, debajo del esternón, amarillo. Para el corazón usaremos los colores verde y rosa pastel. A la altura del cuello, un azul muy clarito y semitransparente. Si se trata de la frente visualizaremos un azul oscuro, tipo añil y si afecta a la parte superior del cráneo, emitiremos, a la coronilla, un tono violeta o dorado.


Si, por el contrario, se trata de ayudar a otra Persona; deberemos de visualizarla, a una hora prefijada, sentada o tumbada, según hayamos acordado y realizaremos, con ella, el mismo tratamiento de Cromoterapia mental que habríanos realizado sobre nosotros mismos; poniendo especial hincapié en los colores necesarios para sanar los órganos o tejidos enfermos. Es importante que, antes de proceder a la Terapia en sí, que hayamos realizado la visialización del recorrido de nuestro asentamiento hasta la estancia del sujeto; que intentemos fijar en nuestra mente, su hogar y estancia donde se encuentre según los datos graficos que nos hayan sido aportados y, por supuesto, la visualización de.la propia Persona que requiera de nuestra ayuda, para lo cual sería muy importante el poseer algunas fotografías.


Si, en lugar de anosotros o a una Persona externa, lo que deseamos es transmitir energía curativa hacia un pueblo o región de la tierra, determinados, visualizaremos en nuestra mente, el mapa del lugar con la mayor cantidad de detalles posibles como montañas, edificios históricos u otros y emitiremos unos rayos luminosos de color rosa, con los que intentaremos cubrir, en forma de cúpula o media esfera, toda su superficie. Esta Energía Curativa intenta poner en paz y calmar los ánimos de grupos humanos que se puedan encontrar en conflictos bélicos, bajo la acción de desastres naturales o por conflictos políticos o sociales.


Una vez finalizada la sesión terapeútica regresamos a un estado de contemplación, meditación propiamente dicha, en el que permaneceremos por un tiempo determinado.


Para finalizar, la Personalidad se rinde en oración, mediante rezos pasivos o charla activa, ante Cristo, nuestro Señor, colocando la decisión última en sus manos con el fin de que se haga, siempre, su voluntad, y agradeciendo, de antemano, la acción curativa o pacificadora independientemente de que fuera o no a producirse.


Por último, se revertirá de forma progresiva y sin prisas, el proceso de relajación hasta regresar al estado de conciencia Plena de la Personalidad.


El proceso de Meditación puede estar acompañada por una música apropiada y con un volumen apropiado. También es importante el que antes de proceder a la Meditación, realicemos un plan mental o croquis de todo lo que pretendamos realizar. Sobra decir que, con la experiencia y el paso del tiempo, todo el Proceso se reslizará de forma automática y no serán necesarios ni los preparativos previos ni incidir en puntos muy concretos y específicos.


Aralba R+C