Páginas

jueves, 6 de enero de 2022

42 Lección, Sexto Grado, Segunda Orden

 "¿Por qué tienes la sensación de que todo te va peor?"


-Las penalidades de quienes se encuentran en un proceso de crecimiento espiritual-


"¿Por qué a casi todo el mundo le va genial y a mí solo me llegan penalidades?"; eso no es del todo cierto. Se trata de una apreciación personal de aquellas personas que han aumentado su nivel de sensibilidad nerviosa. 


Quienes se encuentran en un Camino Espiritual, aumentan su nivel de frecuencia vibratoria y ello hace que se haga mucho más sensible su Sistema Nervioso. Esa es la causa de esa percepción de que las cosas nos van peor; en realidad, las cosas no nos van peor que antes o peor que a nuestros vecinos, los cuales parecen felices al no percibir los fantasmas que los rodean. 


La diferencia es que ahora somos mucho más sensibles a determinadas experiencias que anteriormente nos pasaban desapercibidas. 


Aunque nos parezca que, hoy, tenemos el mismo Organismo que, pongamos por caso, hace cinco años, lo cierto es que conforme nos adentramos en la Vía de la espiritualidad, éste, especialmente nuestro Sistema Nervioso, se va haciendo más y más sensible, según nos vamos acercando al definitivo proceso de Transfiguración; es decir, de ceder, nuestra Personalidad, el mando de la Vida a Cristo, nuestro Señor y Maestro Interior.


En lecciones anteriores dijimos que el proceso de Transfiguración supone el trasvase de la Información y consciencia del alma material, básicamente la Personalidad o conjunto de egos de nuestro Organismo, hacia la parte Espiritual e Inmortal de nuestro Ser, el Alma Inmortal donde mora Cristo, Dios.


Mientras no entramos en una Vía de espiritualización, existe una especie de frontera entre el Alma mortal y el Alma Inmortal. Es como si existiera un abismo insondable que las separa y, por lo tanto, la consciencia está supeditada a la Personalidad mortal que, la verdad sea dicha, es bastante elemental y grotesca, similar a la de muchos mamíferos superiores. 


En esta situación, las cosas suceden en torno al Ser Humano como si de un mero vientecillo acariciara su rostro; pero conforme comenzamos y avanzamos en el Proceso de Transformación Espiritual, esa frontera o abismo entre ambas formas de Alma se van desvaneciendo y esto se refleja en nuestro Organismo con un afinamiento increíble de nuestro Sistema Nervioso y perceptivo. 


Entonces, lo que antes parecía un suave y ligero vientecillo, ahora supone un terrible y destructor vendaval. No, no ha cambiado nada del Mundo Exterior. Ciertamente, nos parece que estamos siendo atacados con fiereza por seguir un Camino que a Algo o a Alguien no le interesa que tomemos. 


En realidad eso no es así, dado que esos ataques de alimentación de los arcontes siempre los hemos sufrido; pero antes éramos incapaces de percibirlos y ahora, de repente, sí, por nuestra actual condición de un aumento en frecuencia vibratoria.


Conociendo esta Realidad, solo nos queda fortalecer nuestra Paciencia y soportar con estoicismo, sin rebelarnos, esos ataques que, más pronto que tarde, cesarán dado que el nivel vibratorio de nuestra Alma se elevará hasta un nivel imposible de soportar por los arcontes. Esto quiere decir que, llegado ese punto, los arcontes no saben cómo echarnos el diente y como resultado ceden los ataques. 


Si en lugar de ser pacientes, nos violentamos e intentamos, sin mucha fortuna, luchar contra ellos, les estaremos siguiendo el juego y nuestra pérdida de energía será mucho mayor, dado que dichas entidades se alimentan no solo de nuestras emociones sino de los vaivenes que provoca nuestra inestabilidad nerviosa.


Llegados a éste punto, ya sabemos por qué nos suceden ciertas cosas que antes, aparentemente, no parecía que nos sucedieran. Ahora conocemos que sí, nos sucedían, pero no éramos capaces de percibirlas y vivíamos en la inopia. 


Por eso se dice que solo los idiotas pueden ser felices, porque no tienen la capacidad de ver lo que en verdad sucede a su alrededor; pero también hemos visto que lo mejor que podemos hacer para combatir esta sensación es cargarnos de paciencia, no parar y seguir con nuestro Camino Espiritual, no enfrentando las embestidas alimenticias de los arcontes, conociendo que, en breve, esa situación acabará cuando el proceso de Transfiguración haya finalizado; mientras tanto, sentimos decirlo, esos ataques no dejarán de sentirlos y cada vez más fuertes; pero en lugar de impotencia y desesperación, conociendo ésta verdad, nuestro rostro solo mostrará una sonrisa, pues ahora sabemos que tener esas sensaciones tan vivas es un síntoma evidente de que todo va sobre ruedas, va bien. 


Lo entendiste bien, lo mejor es aceptarlas y no combatirlas. Nada te está atacando con más ferocidad que antes. Solo es tu apreciación personal al ignorar qué es lo que te está sucediendo. Ahora ya lo sabes y puedes permanecer tranquilo. No, no te estás volviendo loco ni alguna Entidad infernal intenta poseer tu Alma. Todo va bien, hazme caso.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C