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martes, 4 de febrero de 2025

La Dieta Rosacruz

 “La Dieta Rosacruz”


-¿Existe tal cosa?-

Hemos indicado, con buen sentido y en numerosas ocasiones, que la Rosacruz no impone dogmas ni un cuerpo doctrinal inamovible; por lo tanto ¿Cómo podría obligar a sus alumnos o estudiantes a mantener algún tipo de dieta determinada?; pues, a pesar de que pudiese parecer increíble, algunas escuelas rosicrucianas imponen una dieta ovo-lacteo-vegetariana, a sus miembros, especialmente probatorios y probacionistas, si desean progresar en sus estudios.


A nuestro humilde parecer, el imponer algún tipo de dieta determinadas, a los estudiantes, va en contra de los principios de libertad de la Fraternidad de los rosacruces; además de que, en muchas ocasiones, el imponerse, por obligación, esa u otro tipo de dietas puede resultar extraordinariamente peligroso para la salud, el bienestar y la calidad de vida.


Nosotros no estamos en contra de mantener una alimentación ovo-lacteo vegetariana, como tampoco de otra estrictamente vegetariana o crudívora si se tercia; pero, eso, sólo cuando surja del propio individuo y no resulte como consecuencia de algún tipo de imposición doctrinal.


Hemos conocido, por experiencia propia, algún caso de personas fornidas y con una salud de hierro, que cambiaron, de forma radical, su alimentación habitual por una dieta, mal denominada, Rosacruz, enfermando de forma muy rápida del hígado y falleciendo en muy pocos días. 


Rogamos que no nos pidáis más detalles; pero lo que aquí os cuento, os certificó que es cierto y sucedió durante una de nuestras etapas en una Fraternidad Rosicruciana bien conocida.


Con ésto, ¿Estoy diciendo que nos encontramos en contra de una alimentación vegetariana? No, ¡Dios nos libre!, lo que tratamos de decir es que no es sano ni adecuado imponer alguna dieta de cualquier tipo a nadie y, sobre todo con la excusa que de lo contrario no se podrá avanzar en el Camino Espiritual que la Escuela propone. 


Por convicción ideológica todos deberíamos de ser vegetarianos y respetar el Alma de los animales; pero, lamentablemente, la ideología y la realidad natural no suelen coincidir. 


En primer lugar, una dieta vegetariana, libre de productos animales de cualquier tipo, incluidos los huevos y la leche, serían muy deseables, de verdad; pero siempre y cuando saliese de dentro del individuo y sin imposición exterior alguna. 


El abandonar una alimentación mediterránea y sustituirla por una dieta, pongamos por caso, macrobiótica porque ello es necesario para subir puestos, dentro de una Organización, no nos parece de lo más saludable; en tanto que no se produce una sintonía entre nuestra Mente y los alimentos que ingerimos, lo que supone un rechazo frontal por parte de nuestro Organismo de tales nutrientes.


Sin embargo si, dentro de nosotros, existe un poderoso deseo y una convicción sincera de no comer productos de origen animal, el alimentarnos, no seguir alguna dieta determinada, con productos vegetales puede suponer un enriquecimiento para nuestro Organismo y un beneficio para la Salud. Nuestros ancianos bien saben esto. “Niño, si te lo vas a comer con asco no te lo comas o te hará daño”; “Niño, tranquilo, si a tí te gusta cómelo, ¡Lo que no mata engorda!; es decir, según las circunstancias, un mismo alimento puede resultar una beneficiosa medicina o un terrible veneno que, sin duda, podrá llevarnos a la tumba.


En ningún lugar del Nuevo Testamento se dice que Jesús o sus discípulos fuesen vegetarianos ni nada parecido; por lo tanto, que el vegetarianismo es bueno para poder crecer espiritualmente, sólo es una opinión de determinadas personas e imponerla, por decreto, a los demás con la amenaza de no poder progresar dentro de la Institución, supone un atentado contra la Libertad Humana y, consecuentemente, contra el Sagrado Libre Albedrío.


Sabemos que Pitágoras y algunos otros filósofos griegos y romanos estoicos fueron vegetarianos. Bien por ellos; pero eso no significa que se tenga que imponer una determinada forma de alimentación, estándar, a todos los miembros de una misma Organización; dado que, lo que para unos puede ser sano y beneficioso para otros, sin embargo, puede ser insano y perjudicial.


Así, la posición de nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz”, en éste aspecto, es que sería muy deseable que todos, de forma voluntaria y sin amenazas veladas, todos, después de un tiempo de acondicionamiento,  nos convirtiésemos en vegetarianos puros; pero mientras eso no suceda, lo mejor es que cada cual se alimente con lo que le venga en gana, aunque de forma racional. 


Aún así, nuestro Colegio se encuentra abierto a asesorar y aconsejar, a aquellos que lo soliciten, cual sería la mejor forma de alimentarse según sus condiciones orgánicas y fisiológicas; pero huyendo de dietas estrictas y que podrían cambiar, radicalmente, nuestro metabolismo con las consiguientes y trágicas consecuencias patológicas.


Max Heindel impuso el ovo-lacteo-vegetarianismo a sus estudiantes probacionistas. Los fundadores del Lectorium Rosicrucianum, siguiendo su mismo criterio, lo impusieron a sus alumnos a partir del Grado de Probatorio, equivalente al Grado de Probacionista en la Rosicrucian Fellowship. Otras órdenes y fraternidades rosacruces, como la FRA, no se meten en lo que sus alumnos deban o no comer; de hecho, el propio Frater Krum Heller R+C (Maestro Huiracocha), en su Literatura dejó entrever que los verdaderos Hermanos Adeptos de la Rosacruz son capaces de transmutar, positivamente, todo aquello que ingieren; siendo la principal causa de que los venenos o tóxicos no afecten a los suyénticos Adeptos; pero claro, la mayoría de nosotros, al menos yo, no somos genuinos adeptos de la Rosacruz y, por consiguiente, no tenemos ese poder para librarnos de los veneno y alimentos en mal estado.


Lo que a continuación sigue, se trata de un mero consejo orientativo y que jamás debería de tomarse como una norma a seguir:


1.- Abandone cualquier vicio gastronómico y comience con una saludable dieta mediterránea, incluyendo una copa de vino tinto en una de las comidas diarias, usen aceite de oliva y eviten, en lo posible, los aceites de semilla y las margarinas.


2.- No intenté abandonar, de forma abrupta,el consumo de carne. Si ideológicamente considera que debe de hacerlo, hágalo lentamente y de forma paulatina, sustituyendo la carne, en principio, por pescado, frutos secos y legumbres que son ricos en proteínas; pero recuerden que la Vitamina esencial B12, básicamente, puede obtenerse de compuestos de origen animal. Por lo tanto, sigan consumiendo, si su Organismo lo tolera, leche y huevos.


3.- Mientras siga consumiendo carne y pescado, intente convertir su consumo en algo extraordinario, no tomando carne o pescado más de una vez por semana. Pasado un año, puede intentar que ese consumo se reduzca a una sola vez al mes. Su Cuerpo, si sabe escucharlo, le comunicará que puede seguir adelante o debe de dar marcha atrás. Recuerde que también puede consumir productos lácteos como el queso, el requesón, las cuajadas, los yogures o el kéfir.


4.- Evite consumir tanto azúcar como harina refinados. Consuma, preferiblemente, productos integrales. Evite, del mismo modo, productos ultraprocesados y tome alimentos lo más frescos posibles o congelados de probada procedencia.


5.- Realice cinco comidas frugales; es decir, raciones escasas. Un buen desayuno, un almuerzo ligero, una comida razonable, una merienda también muy ligerita y una cena, igualmente ligera,no más allá de las nueve de la noche.


Pero ante todo, entienda que se trata de un mero consejo que podrá seguir o no; pero si lo sigue tiene que estar plenamente convencido. No tome grados, en su Escuela, que le exijan una dieta determinada si no está al cien por cien seguro de que va a seguirla y no romperla con el tiempo. 


En éste asunto existe mucha hipocresía y donde hay personas que esconden un terrible secreto de incumplimientos, de juramentos y promesas. Es preferible que siga su Camino de estudiante Rosacruz en solitario, de forma autodidacta, o con nosotros, “Colegio Invisible de la Rosacruz” antes de traicionar aquellas promesas que no va a poder cumplir.


La Hipocresía es un cúmulo de promesas incumplidas y ocultadas; es decir, de mentiras y todo Estudiantes Rosacruz conoce que la Mentira es asesina en el Mundo de Deseos. Y les puedo asegurar que forzar una estancia mediante incumplimientos secretos puede conducir a una cristalización del Espíritu más que a algún progreso espiritual.


Frater Aralba R+C