"Sanar a los enfermos, resucitar a los muertos"
-Taumaturgos y Tanatología-
Que vivimos en un mundo satánico es tan cierto cómo que las farmaceúticas han convertido la Medicina en un lucrativo negocio basado, no en curar que es lo que se esperaría de ella, sino en mantener crónica la enfermedad con el fin de que se sigan consumiendo los medicamentos, por los que hay que pagar, como si de chuches se tratara.
En el remoto pasado, expuesto por la Historia, han existido unos pocos expertos doctores especializados en lo que es el proceso de la enfermedad, la muerte y su posible resucitación. Estos fueron llamados taumaturgos. Taumaturgos fueron, por ejemplo, Pitágoras, Jesús de Nazaret y Apolonio de Tiana, si es que estos dos últimos no fueron el mismo Sujeto.
El Taumaturgo parecía, con sus curaciones y resucitaciones, realizar milagros; es decir, actos aparentemente incompatibles con el conocimiento de la época, acerca de las leyes de la Naturaleza. Claro, hoy conocemos que existen circunstancias donde la Muerte es solo aparente y que, en tales casos, es posible traer de vuelta a aquellos que, de forma equivocada, fueron dados por muertos.
Se puede resucitar a un recién ahogado, a quien ha sufrido una parada cardiaca, a quienes pudieran encontrarse en estado de Coma y, muy importante, a las personas afectadas por un Estado de Catalepsia.
Solo un experto tanatólogo debería determinar si un individuo se encuentra, en realidad, fallecido, pues, aún no queriendo meterles el miedo en el cuerpo, no han sido pocas las veces que personas, dadas por muertas, fueron enterradas vivas. Eso parece algo terrorífico y da miedo de verdad.
Los taumaturgos han preferido, durante la Historia, mostrar sus doctas habilidades como algo mágico y procedente de Dios, en tanto que, de lo contrario, podrían ser tomadas como habilidades satánicas que podrían haberlos conducirlos a la hoguera para ser ejecutados como servidores del Diablo.
El reconocido Taumaturgo, Cagliostro, Rosacruz y Masón, por más señas, dice la leyenda que tras curar gratuitamente a sus pacientes pobres, colocaba una moneda de oro en sus manos y les decía, anda levántate, vete, cuídate y cambia tu vida.
La sanación Rosacruz no tendría sentido si el proceso no condujera a un verdadero cambio de vida. No, la Rosacruz no es un Sistema Sanitario privado de carácter altruista y filantrópico. La Rosacruz jamás se ha dedicado a sanar a los enfermos por vocación médica y amor a la vida en éste Mundo sino para demostrar que Dios existe y proporcionar una segunda oportunidad de redimirse a aquellos que sufren padecimientos o se encuentran al borde de la muerte.
La Función de los rosacruces no es, per sé, curar enfermedades y resucitar a los muertos sino dar "Testimonio" de algo mucho más grande que las personas y que, sin embargo, vive en todos y cada uno de nosotros, en nuestro interior, Cristo, Dios.
Desde hace mucho tiempo, los rosacruces han venido previniendo a la Humanidad acerca del error de enterrar a los muertos de forma prematura y antes de que el Cuerpo comience su natural proceso de descomposición.
La descomposición es una prueba palpable de que el fallecimiento se ha producido y de que el Espíritu ha abandonado, por completo, el Cuerpo. Los rosacruces nos dicen que debería de enterrarse a los, supuestamente muertos, nada más comenzar el proceso de descomposición o, en su defecto, a los tres día y medio de haberse producido el óbito.
Hoy, son algunos los estudiantes rosacruces que se juntan para contratar algún seguro de decesos especializado y en el que tras el, supuesto fallecimiento, se conserva el cuerpo durante los tres días y medio, mencionados, en cámaras adecuadas para, con posterioridad, proceder a su incineración.
Por favor, en vuestras últimas voluntades, dejad dicho que, al menos, seáis incinerados. Pues una muerte definitiva en un horno de incineración sería preferible a despertarse dentro de un féretro bajo tres metros de tierra y morir asfixiados. No, no es nuestra intención meterle miedo, a nadie en el cuerpo, sino que el sentido común prevalezca y pueda extenderse, esta práctica, entre toda la Humanidad.
¿Por qué, en nuestra actual Civilización, no se procede de dicho modo? Por una simple cuestión de practicidad económica. Por el mismo motivo que a los pacientes, en estado de Coma, se los desenchufa forzándolos a morir. Ya conocéis el dicho "El muerto al Hoyo y el vivo al Bollo". Cuesta mucho tiempo, dinero y esfuerzo ocuparse de un cuerpo inactivo. Antaño, los difuntos no eran llevados a los tanatorios sino que se velaban, en casa, por sus familiares y amigos. Miren, la verdadera función del velatorio era la comprobación de que el difunto, se encontraba, en verdad fallecido y hasta que el cuerpo no comenzaba a dar síntomas de descomposición no era enterrado.
Ahora bien, dicho todo lo anterior, nada de ello es en verdad importante pues pertenece a éste Mundo. Lo realmente vital y esencial es el significado profundo de los términos sanación o curación y resucitación. El Espíritu está "enfermo" en tanto que se encuentra prisionero en un cuerpo físico, dentro de un mundo material que se encuentra inmerso en un Universo, nuestra Galáxia, y que no es otra cosa que una infranqueable jaula constituida de Espacio Tiempo. Esa es la verdadera enfermedad que merece la pena el ser curada. Por otro lado, la resucitación esconde el término de despertar al Espíritu, el Eterno durmiente, a la verdad de la lamentable situación en la que se encuentra.
El Espíritu, como Ser Eterno que es, mantiene un Poder infinito dentro de sí; pero se trata de un Poder latente, no manifestado y para poder manifestarse, el Espíritu requiere despertar de su somnolencia y tomar el control "manual" de su vida que es llevada "automáticamente" por una Consciencia Artificial denominada Personalidad, si, sí, el Ego.
Esa es la verdadera función de los Hermanos de la Rosacruz y, en ese sentido, debemos de observar los términos de "Sanar a los enfermos" y "Resucitar a las muertos". Sí, porque la gran mayoría de las personas que parecen estar muy vivas en realidad están profundamente muertas y todos, absolutamente todos, por el mero hecho de vivir o, mejor, morir en éste Mundo, nos encontramos enfermos, terriblemente enfermos. Hay que resucitar a los muertos y devolverles su Salud Espiritual. He ahí, todo el verdadero Secreto de la Rosacruz.
Nuestro Mundo no es tan solo una infranqueable prisión sin muros visibles sino también un cósmico sanatorio de recuperación para que, con estos cuerpos prestados, podamos primero, despertar a la Verdad de la lamentable situación en la que se encuentra nuestro Espíritu y después, sanar la herida, sanar la enfermedad que nos permita abandonar éste Lugar para regresar a nuestro verdadero Hogar Celeste. El Hogar de donde procede lo único importante en éste Mundo, el Espíritu Eterno e Inmortal que mora, latente, en todos y cada uno de nosotros. Y esto es lo realmenterealmente importante. La Enfermedad de los cuerpos son fuente de experiencia. La Enfermedad del aprisionamiento del Espíritu en ésta jaula Espacio-Temporal es lo que, en realidad, hay que resolver. El resto es superfluo y baladí.
El curar los cuerpos de los enfermos, tan solo es un mero testimonio del Amor y del Poder de Dios.
El solicitar a los Hermanos Mayores de la Rosacruz, ser sanados, sin existir un verdadero ánimo de cambio en nuestras vidas no posee sentido alguno.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C