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lunes, 11 de octubre de 2021

6 Lección, Sexto Grado, Segunda Orden

 "En alimentación, no es Oro todo lo que reluce"


-Usar el Sentido Común y no agobiarse esa es la Clave-


Acabamos de ver algunas de las herramientas, matemáticas, que utilizan los nutricionistas para valorar el estado nutricional de sus pacientes; pero es importante tener en consideración que no se puede estar obsesionado con, si nos estamos pasando de calorías o no llegamos a nuestra teórica meta nutricional.


Las calorías no lo son todo; también tenemos que valorar la calidad de esas calorías y si sus macronutrientes, ya sean proteínas, hidratos de carbono o lípidos, llevan consigo algunos de los micronutrientes esenciales para el organismo humano; dicho de otro modo, por poner un ejemplo, no podemos considerar todos los aceites, independientemente de su procedencia, como verdaderamente útiles. Si posee fama de beneficioso, el aceite de oliva, es porque lleva consigo un gran contenido de vitamina E, uno de los más importantes antioxidantes existentes y por el ácido oleico con sus ácidos grasos Omega 3 y 6, que lo hace beneficioso para un buen funcionamiento de las coronarias y, por lo tanto, del Corazón.


Por lo tanto, ni todas las grasas son iguales y beneficiosas como las fuentes de hidratos de carbono tampoco son iguales. Hay alimentos que son muy ricos en hidratos de carbono; pero provocan, en determinadas personas, una suerte de alergias alimentarias, véanse los celíacos. Por lo tanto, hay alimentos que aún proporcionando una misma cantidad de hidratos de carbono, sin embargo, no todos son de la misma calidad ni poseen la misma facilidad de asimilación. 


Con respecto a las proteínas sucede otro tanto de lo mismo, pues, por ejemplo, la Vitamina B12, imprescindible para nuestro organismo, solo puede ser conseguida, directamente, de proteínas de origen animal, ya sean procedentes de huevos, lácteos o de la carne y el pescado. Es importante, considerar en toda alimentación equilibrada, el aportar la mitad de las proteínas de origen vegetal, ya sea de legumbres, frutos secos o de semillas como la quinoa; pero también de huevos, quesos, yogures y leche y pescados. El consumo de carne debería de ser extraordinariamente moderado, pues la carne, especialmente la roja y de caza, contiene una gran cantidad de productos tóxicos procedentes del propio estrés al sacrificar al animal, como el ácido úrico. 


Con el paso del tiempo, muchos son los mitos alimentarios que se van dejando de lado gracias a los avances científicos. No hace demasiados años se pensaba que las espinacas era la mejor fuente de aporte de hierro en nuestra dieta. Recuerden los dibujos de Popeye creados para publicitar las espinacas; pues bien, las espinacas poseen una gran cantidad de hierro; pero un hierro que, en su estado natural, no es de fácil asimilación por nuestro organismo, siendo, en ese aspecto, mucho más recomendable, por ejemplo, la ingestión de lentejas.


Con todo ello queremos decir que no todo es cuantificable en nutrición, pues, ante los fríos números, podemos determinar los alimentos que poseen más proteínas, hidratos, lípidos, vitaminas, minerales, oligoelementos y fibra; pero hay, también, que valorar su aceptable o inaceptable asimilación de los nutrientes por parte de nuestro organismo.


Es por ello que nuestros amigos lectores no deberían de agobiarse con lo que van a comer; pero sí deberían de cuidar tanto la cantidad como la calidad y la variedad. Por ejemplo, determinados alimentos, al ser procesados, pierden parte de sus propiedades nutritivas; siendo esto, especialmente cierto, con aquellos que son ricos en vitaminas. Todos debemos de saber que al cocinas los alimentos, muchas de sus vitaminas se pierden.


Como idea, es importante considerar, ya lo dijimos, que la ingesta de proteínas debería de ser, al cincuenta por ciento vegetal y el otro cincuenta por ciento de origen animal; pero considerando el aporte de carne como algo esporádico o anecdótico. Los aminoácidos, componentes esenciales de las proteínas, están en mejor disposición para ser digeridos si proceden de la leche, su suero o de los huevos, la clara básicamente.


Con los hidratos de carbono sucede otro tanto de lo mismo, no siendo igualmente digeribles, según la fisiología particular de los individuos, si su procedencia es de cereales como el trigo, la avena, el arroz o el maíz que procedentes de tubérculos como son la patata o la batata.


En la variedad está el gusto, dice el dicho y nunca más cierto en éste caso. No es imprescindible, salvo desajustes alimentarios graves, el ponernos en manos de un médico endocrino o un experto nutriólogo si seguimos el sencillo método de la variedad y de la frugalidad.


No es bueno atiborrarnos de alimentos en unas pocas ingestiones diarias. La idea es comer pocas cantidades en varias tomas. Si antes hacíamos tres comidas, desayuno, comida y cena, ahora deberíamos de realizar cinco, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena; pero teniendo en consideración que el mayor porcentaje de hidratos de carbono deberían de promediar entre el desayuno y la comida, dejando las proteínas para la cena y utilizando, tanto el almuerzo como la merienda para ingerir frutas y yogures.


Los Hidratos, como sabemos, es la principal fuente de energía y que necesitaremos para desarrollar nuestras labores diarias y de ahí, que su aporte deba de ser al comienzo del día y durante la jornada laboral. Este aporte de entre el 70 y el 75% debe de proceder de cereales, tubérculos y legumbres sin procesar. Entre un 15 y un 20% debe de ser de grasas de origen vegetal, generalmente semillas como el girasol o la soja; pero básicamente del fruto de la aceituna que es el mejor de todos por su gran aporte de ácido linoleico favorecedor del equilibrio del colesterol en sangre y los aceites de pescado, ricos en ácidos grasos Omega3. Sin olvidarnos del procedente de frutos secos como piñones, anacardos, cacahuetes, almendras o nueces.


A la hora de elegir nuestras verduras y hortalizas, que deben de acompañar, siempre, a las tres comidas principales es importante el que aportemos una gran variedad de colores; pues cada uno de los colores aportará una diferente variedad de vitaminas minerales y oligoelementos, tan importantes en el metabolismo de los nutrientes y actúan como coenzimas necesarias para su asimilación. Con esto queremos decir, que no solo debemos de aportar verduras y hortalizas de color verde como las judías, las coles, lechugas y escarolas, sino también otras como los pimientos rojos y amarillos, las zanahorias y los rábanos.


Entre un 10 y un 15%, como máximo, es el aporte diario de proteínas y que deberá de estar distribuido entre legumbres, frutos secos, pescado, frutos secos como las nueces, cacahuetes o almendras y pequeñas porciones de carne, en éste último caso, nunca a diario.


La frugalidad consiste en nunca ingerir más de una ración, por toma, de los hidratos y que consiste en tomar con el puño la cantidad de producto sin elaborar por persona, nada más y con respecto a los productos proteínicos, su cantidad equivalente, como un baso de leche, un yogur, un huevo o un filete de pollo, de otra carne, preferiblemente blanca, o de pescado.


Sin obsesionarse con la báscula, es importante que nos pesemos, al menos, una vez a la semana siempre el mismo día y a la misma hora, con el fin de controlar nuestro peso. Si hemos aumentado, deberemos de reducir las raciones, especialmente en los hidratos de carbonos procesados, como el pan, y las grasas. Si hemos perdido, hacemos justo lo contrario.


Porque una correcta nutrición es el factor más importante para prevenir todo tipo de enfermedades. Una Persona bien alimentada, en las proporciones y variedad correcta, Dieta Mediterránea, es un individuo que mantiene fuertes sus defensas, dado que aporta, mediante la alimentación a su organismo, todos los elementos necesarios, tanto en macronutrientes como micronutrientes para que sus defensas se encuentren fortalecidas.


Es por ello que, todo Estudiante Rosacruz, debe de conocer los principios básicos de la nutrición humana, tanto para mantenerse él sano como para ayudar a todos aquellos que a él acudan en busca de consejo. La alimentación no solo ayuda a prevenir la aparición de enfermedades sino que también, utilizando los aportes necesarios, puede ayudar a curar muchas enfermedades, especialmente las que poseen un origen metabólico.


Para finalizar, la importancia de la ingesta adecuada de agua, no de refresco, cervezas o alcoholes, que debería de estar entre el litro y medio y los dos litros y medio dependiendo de la constitución corporal de la persona. Un aporte adecuado de fibra sin aporte alimentario y que es beneficiosa para favorecer el tránsito intestinal y que procede de los cereales integrales y de las frutas sin licuar.


Un vasito de vino tinto, al día, no es dañino y aporta unos taninos que son importantes para la salud cardiovascular. Ojo un vasito de vino no una botella de vino.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C